/ viernes 1 de marzo de 2024

El inicio de las campañas político-electorales

Una gran mayoría de teóricos, sitúan las causas de la crisis en los resultados propios de las democracias de masas, debido, a la sobrecarga de demandas y expectativas que ella alimenta y que debe ser atendida por el Estado. Esta situación propicia que los aspectos críticos, se reproduzcan como resultado de la competencia partidista y el pluralismo ideológico.

Sin embargo, la ingobernabilidad no necesariamente es resultante directa de la incompetencia del Estado, sino de los efectos desestabilizadores que se traducen en desencanto político, así como de la cadena de frustraciones que la ciudadanía termina por acumular.

La pérdida de confianza entre los electores se acentúa, debido a la actuación circense de los políticos, aunado a las políticas públicas que quedan sin cumplir, van alimentando situaciones de ingobernabilidad. La alternancia política que daba cortes de mejora ha caído en la desilusión y, tal vez en la desesperanza de la sociedad mexicana.

Por lo cual, cabe preguntarse, ¿quién tendrá o podrá resolver esta alarmante crisis de Estado?, es urgente el replanteamiento de las acciones en seguridad pública, para hacerle frente al crimen organizado.

Formalmente el 1ro de marzo arrancaran las campañas políticas y ya se tiene un saldo rojo, a la fecha, han sido asesinados 9 aspirantes y; la pregunta es ¿quién o quienes están detrás de estos crímenes y porque razón lo hicieron?.

Para este proceso electoral 2024, se renovarán más de 20 mil cargos de elección popular en todo el país, empezando por la Presidencia de la República; el Congreso de la Unión con 128 senadores y 500 diputados; 9 gobernaturas; la Jefatura de la CDM y sus 16 delegaciones; los 32 Congresos Estatales y sus ayuntamientos.

Cabe destacar que durante este proceso electoral por primera vez votaran del 13 al 20 de mayo de 2024, quienes se encuentren en prisión preventiva en cualquier parte del país; habrá voto anticipado para quienes, por algún impedimento, no puedan salir de su domicilio; y el voto en el extranjero.

Por la importancia de este inédito proceso electoral, esperemos que el diálogo democrático se centre en escenarios y propuestas con distintos enfoques sí, pero con el propósito común de mejorar substancialmente a la sociedad que se representa, o se aspira a representar.

Es decir, no se puede evaluar solo a la democracia por los eventos y el número de participantes o asistentes a los diversos actos, o movilizaciones, “sino que éstas deben traducirse en consensos y acuerdos para la construcción de un sistema constitucional e institucional cada vez más robusto y con cada vez mayores garantías para el ejercicio y disfrute de nuestras libertades”.

Hacer caso omiso o minimizar la(s) demanda social, demeritará la convivencia democrática, pero también mostrará los errores de la clase política, que continúa construyendo clientelas políticas, en vez de formar ciudadanos.

En lo complicado del proceso electoral, el actual escenario muestra un riesgo inminente ante la ausencia del Estado, pues como lo señala un clásico de la teoría del Estado Hermann Heller “cuando un poder fáctico desafía con violencia el dominio legítimo del Estado, solamente puede suceder una de dos cosas: o ese poder es destruido por el Estado o éste queda subordinado a quien lo derrota. Pues una vez que se ha llegado al extremo ya no hay otras salidas”.

Este axioma al ser analizado por la sociedad genera apatía, rompiendo con sus esperanzas y, en consecuencia, sienten los asuntos públicos, como asuntos de otros; actitud que muestra un mal presagio para el futuro democrático de México.

El compromiso del Estado mexicano será garantizar y mantener una democracia sólida, por ello y ante los lamentables acontecimientos de una violencia desmedida, los mexicanos esperamos que, por el bien de todos, en la jornada electoral el 2 de junio, no se vulnere, ni se debilite la participación ciudadana.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com

Una gran mayoría de teóricos, sitúan las causas de la crisis en los resultados propios de las democracias de masas, debido, a la sobrecarga de demandas y expectativas que ella alimenta y que debe ser atendida por el Estado. Esta situación propicia que los aspectos críticos, se reproduzcan como resultado de la competencia partidista y el pluralismo ideológico.

Sin embargo, la ingobernabilidad no necesariamente es resultante directa de la incompetencia del Estado, sino de los efectos desestabilizadores que se traducen en desencanto político, así como de la cadena de frustraciones que la ciudadanía termina por acumular.

La pérdida de confianza entre los electores se acentúa, debido a la actuación circense de los políticos, aunado a las políticas públicas que quedan sin cumplir, van alimentando situaciones de ingobernabilidad. La alternancia política que daba cortes de mejora ha caído en la desilusión y, tal vez en la desesperanza de la sociedad mexicana.

Por lo cual, cabe preguntarse, ¿quién tendrá o podrá resolver esta alarmante crisis de Estado?, es urgente el replanteamiento de las acciones en seguridad pública, para hacerle frente al crimen organizado.

Formalmente el 1ro de marzo arrancaran las campañas políticas y ya se tiene un saldo rojo, a la fecha, han sido asesinados 9 aspirantes y; la pregunta es ¿quién o quienes están detrás de estos crímenes y porque razón lo hicieron?.

Para este proceso electoral 2024, se renovarán más de 20 mil cargos de elección popular en todo el país, empezando por la Presidencia de la República; el Congreso de la Unión con 128 senadores y 500 diputados; 9 gobernaturas; la Jefatura de la CDM y sus 16 delegaciones; los 32 Congresos Estatales y sus ayuntamientos.

Cabe destacar que durante este proceso electoral por primera vez votaran del 13 al 20 de mayo de 2024, quienes se encuentren en prisión preventiva en cualquier parte del país; habrá voto anticipado para quienes, por algún impedimento, no puedan salir de su domicilio; y el voto en el extranjero.

Por la importancia de este inédito proceso electoral, esperemos que el diálogo democrático se centre en escenarios y propuestas con distintos enfoques sí, pero con el propósito común de mejorar substancialmente a la sociedad que se representa, o se aspira a representar.

Es decir, no se puede evaluar solo a la democracia por los eventos y el número de participantes o asistentes a los diversos actos, o movilizaciones, “sino que éstas deben traducirse en consensos y acuerdos para la construcción de un sistema constitucional e institucional cada vez más robusto y con cada vez mayores garantías para el ejercicio y disfrute de nuestras libertades”.

Hacer caso omiso o minimizar la(s) demanda social, demeritará la convivencia democrática, pero también mostrará los errores de la clase política, que continúa construyendo clientelas políticas, en vez de formar ciudadanos.

En lo complicado del proceso electoral, el actual escenario muestra un riesgo inminente ante la ausencia del Estado, pues como lo señala un clásico de la teoría del Estado Hermann Heller “cuando un poder fáctico desafía con violencia el dominio legítimo del Estado, solamente puede suceder una de dos cosas: o ese poder es destruido por el Estado o éste queda subordinado a quien lo derrota. Pues una vez que se ha llegado al extremo ya no hay otras salidas”.

Este axioma al ser analizado por la sociedad genera apatía, rompiendo con sus esperanzas y, en consecuencia, sienten los asuntos públicos, como asuntos de otros; actitud que muestra un mal presagio para el futuro democrático de México.

El compromiso del Estado mexicano será garantizar y mantener una democracia sólida, por ello y ante los lamentables acontecimientos de una violencia desmedida, los mexicanos esperamos que, por el bien de todos, en la jornada electoral el 2 de junio, no se vulnere, ni se debilite la participación ciudadana.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com