/ domingo 22 de agosto de 2021

Cuando el feminismo se paraliza

El movimiento más exitoso del siglo XX, por su rápida expansión y porosidad en el pensamiento occidental, si bien sigue enfrentando graves obstáculos de diversos tipos, debido al concepto de significados equívocos que propician, a su vez, múltiples interpretaciones. Ahora, con el control político de los talibanes en Afganistán, los avances en los derechos de la mujer parece que se paralizan.

Los problemas tan graves que tiene Afganistán, pueblo que sufrió desde la guerra afgano-soviética (1978-1992), en plena guerra fría con la finalidad de “defenderlo de Estados Unidos”, se hacen más complejos por el mosaico cultural tan diverso que tiene etnias, lenguas y una práctica del islam de muy diversa, con prácticas discriminatorias contra grupos de origen mongol. Bueno, no hay estadísticas demográficas actualizadas, sólo se hacen estimaciones con datos de los años 60 y 70s.

La conmoción en el mundo occidental que provocó el regreso de los talibanes al poder de Kabul, capital de Afganistán, después de que salió el ejército norteamericano que había estado prácticamente 20 años, invadido desde que fueron derruidas las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001. El ejército talibán resistió todo el tiempo, con un dato muy interesante: el ejército de esta resistencia fue promovido por los mismos Estados Unidos en la guerra fría, para “contrarrestar el avance del comunismo”.

La invasión norteamericana en 2001 tenía la encomienda de frenar la huida de miles de habitantes a Estados Unidos y países europeos, que sufrían el gobierno de terror talibán, pero nunca cesó. El fracaso norteamericano es evidente; además de lo que pudiera pensarse de la occidentalización de la región, la realidad es que en un contexto de guerra poco desarrollo puede haber, así que la pobreza, la falta de educación, falta de trabajo, y la seguridad de leyes que garanticen derechos humanos básicos, parece que en 20 años sólo se acentuaron.

Las libertades que oferta la democracia no tienen cabida en un mundo musulmán tan radical como el talibán. ¿Qué tanto han modificado el extremismo del Islam? No hay una respuesta cierta, pero a decir de expertos la modernidad exige que los gobiernos entren en la globalización, así que tendrán que negociar con el mundo occidental. Aquí es importante resaltar que el gobierno triunfante con seguridad va a ofrecer garantías a derechos seleccionados de acuerdo con sus creencias. Y por su historia reciente, tal parece que no están los relativos a la mujer ni a los niños.

El feminismo que ha avanzado para ocupar espacios importantes en la legislación del mundo occidental no es un menú que se pueda considerar en el pensamiento islámico, se encuentra con una ideología extremista por la que han sufrido mujeres como Malala (ganadora de, Zarifa Ghafari y Fawzia Koofi (El Sol de México, 18 ago. 2021). Así que el reloj histórico del feminismo no se ha detenido ahora en Afganistán, es evidente que en el Islam no hay posibilidad de conciliar el pensamiento secular de las democracias, y ahora menos con los talibanes.

Todo es más incierto ahora, acompañado del grito de comunidades occidentales con el reclamo paradójico a Estados Unidos porque desocupó y dejó a su suerte a las comunidades de Afganistán en manos de los talibanes. ¿Qué futuro hay para la mujer en esta región? Un choque que no alcanzamos a comprender porque se entrona un gobierno confesional, además de intolerante, sin posibilidad de conciliar los derechos de la mujer que conocemos en occidente.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

El movimiento más exitoso del siglo XX, por su rápida expansión y porosidad en el pensamiento occidental, si bien sigue enfrentando graves obstáculos de diversos tipos, debido al concepto de significados equívocos que propician, a su vez, múltiples interpretaciones. Ahora, con el control político de los talibanes en Afganistán, los avances en los derechos de la mujer parece que se paralizan.

Los problemas tan graves que tiene Afganistán, pueblo que sufrió desde la guerra afgano-soviética (1978-1992), en plena guerra fría con la finalidad de “defenderlo de Estados Unidos”, se hacen más complejos por el mosaico cultural tan diverso que tiene etnias, lenguas y una práctica del islam de muy diversa, con prácticas discriminatorias contra grupos de origen mongol. Bueno, no hay estadísticas demográficas actualizadas, sólo se hacen estimaciones con datos de los años 60 y 70s.

La conmoción en el mundo occidental que provocó el regreso de los talibanes al poder de Kabul, capital de Afganistán, después de que salió el ejército norteamericano que había estado prácticamente 20 años, invadido desde que fueron derruidas las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001. El ejército talibán resistió todo el tiempo, con un dato muy interesante: el ejército de esta resistencia fue promovido por los mismos Estados Unidos en la guerra fría, para “contrarrestar el avance del comunismo”.

La invasión norteamericana en 2001 tenía la encomienda de frenar la huida de miles de habitantes a Estados Unidos y países europeos, que sufrían el gobierno de terror talibán, pero nunca cesó. El fracaso norteamericano es evidente; además de lo que pudiera pensarse de la occidentalización de la región, la realidad es que en un contexto de guerra poco desarrollo puede haber, así que la pobreza, la falta de educación, falta de trabajo, y la seguridad de leyes que garanticen derechos humanos básicos, parece que en 20 años sólo se acentuaron.

Las libertades que oferta la democracia no tienen cabida en un mundo musulmán tan radical como el talibán. ¿Qué tanto han modificado el extremismo del Islam? No hay una respuesta cierta, pero a decir de expertos la modernidad exige que los gobiernos entren en la globalización, así que tendrán que negociar con el mundo occidental. Aquí es importante resaltar que el gobierno triunfante con seguridad va a ofrecer garantías a derechos seleccionados de acuerdo con sus creencias. Y por su historia reciente, tal parece que no están los relativos a la mujer ni a los niños.

El feminismo que ha avanzado para ocupar espacios importantes en la legislación del mundo occidental no es un menú que se pueda considerar en el pensamiento islámico, se encuentra con una ideología extremista por la que han sufrido mujeres como Malala (ganadora de, Zarifa Ghafari y Fawzia Koofi (El Sol de México, 18 ago. 2021). Así que el reloj histórico del feminismo no se ha detenido ahora en Afganistán, es evidente que en el Islam no hay posibilidad de conciliar el pensamiento secular de las democracias, y ahora menos con los talibanes.

Todo es más incierto ahora, acompañado del grito de comunidades occidentales con el reclamo paradójico a Estados Unidos porque desocupó y dejó a su suerte a las comunidades de Afganistán en manos de los talibanes. ¿Qué futuro hay para la mujer en esta región? Un choque que no alcanzamos a comprender porque se entrona un gobierno confesional, además de intolerante, sin posibilidad de conciliar los derechos de la mujer que conocemos en occidente.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com