/ lunes 7 de mayo de 2018

El poder del pueblo para el pueblo, o para los empresarios

TIENE MAS DE 35 años, desde que el país se convirtió al neoliberalismo económico, que la clase política ha dejado de mandar, dirigir y cumplir el mandato popular, y quienes ordenan, instruyen y dirigen hacia dónde debe transitar el destino nacional son los componentes de las élites empresariales.

POR ESO NO nos extraña que, desde que salió el poderoso magnate Carlos Slim Helú a decir que Andrés Manuel López Obrador no debía meterse en el tema de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional (NACIM) y que el NACIM seguiría en construcción, pese a la amenaza de López Obrador de cancelarlo, a partir de entonces los señores del sector empresarial hayan salido a dar la pelea contra su candidatura.

ESOS PODEROSOS EMPRESARIOS, que habían declarado que se mantendrían al margen del proceso comicial y que habían declarado que trabajarían con el candidato que ganara la presidencia, sea quien sea, gane quien ganara, ahora empiezan a mostrar sus apuros en contra del inminente y aplastante triunfo del tabasqueño.
Y HAN EMPEZADO por preguntar al presidente del INE, Lorenzo Córdova, si todavía es tiempo de que José Antonio Meade y Margarita Zavala pudieran declinar sus preferencias electorales y su voto en favor de Ricardo Anaya, candidato de la Coalición por México al Frente, como si ellos pudieran disponer de la voluntad de ambos candidatos y pudieran hacer pactos y jugar contra la voluntad popular.

SE QUIERE TORCER, a cualquier costo, la voluntad del pueblo, para que este país siga caminando por el rumbo y el camino que le marcan las conveniencias e intereses de la clase empresarial. Y bien vale la pena preguntarse si el próximo presidente de la República será un títere, una marioneta en manos de las maquinaciones de una élite empresarial, por más poderosa que sea.

HABRA QUE PREGUNTAR si el próximo mandatario nacional deberá su triunfo y su mandato a la voluntad soberana del voto popular o tendrá que plegarse a los juegos, dictados, caprichos y conveniencias de unos cuantos empresarios, entre ellos los citados el martes pasado por Andrés Manuel: Alberto Bailleres, Germán Larrea, Claudio X González, Alejandro Ramírez y Eduardo Tricio, que se reunieron para unirse con el presidente Enrique Peña Nieto y con Ricardo Anaya.

QUE UNA parte del sector empresarial no quiere la llegada de AMLO, y han propuesto un voto útil contra el político que lidera las encuestas de cara a la elección del 1 de julio, quedó públicamente establecido en el programa de Ciro Gómez Leyva, Por La Mañana, en el cual el martes de la semana pasada los voceros de campaña de José Antonio Meade y Margarita Zavala, Javier Lozano y Jorge Camacho, reconocieron que los empresarios han presionado para que sea un solo candidato quien compita por quitarle la presidencia a López Obrador, en clara alusión a Ricardo Anaya, el segundo en las encuestas.

"EL SECTOR EMPRESARIAL es el que está presionando para que haya algo de esta naturaleza. Yo lo que percibo es que hay una presión muy grande para que tanto Margarita como Meade digan 'pásele usted, don Ricardo', le vamos haciendo de comparsa", expresó el vocero de José Antonio Meade, el senador poblano, Javier Lozano Alarcón, quien redondeó su dicho: “con Ricardo Anaya ni a la esquina…”.

JOSE ANTONIO MEADE confirmó el dicho de su vocero el miércoles al salir a declarar que no se retirarán de la competencia, “combatiremos los 90 minutos del juego”, en clara alusión a que no declinará su candidatura en favor de nadie. Duro golpe contra Anaya y el grupo empresarial…

JORGE CAMACHO, VOCERO de la candidata independiente Margarita Zavala, aceptó también la “presión de un sector de la clase empresarial para que declinen en favor de Anaya”. "No tengo nombres, pero sí hay empresarios que buscan que se fortalezca una sola opción contra López Obrador; aunque todavía no es momento de pedir el voto útil", sentenció Camacho.

PARA QUÉ QUIERE ganar AMLO con el voto masivo, si va a estar amenazado, chantajeado y presionado por las elites empresariales. Ese será su dilema, gobernar para el pueblo o para una exquisita minoría, como lo han hecho los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN.

TIENE MAS DE 35 años, desde que el país se convirtió al neoliberalismo económico, que la clase política ha dejado de mandar, dirigir y cumplir el mandato popular, y quienes ordenan, instruyen y dirigen hacia dónde debe transitar el destino nacional son los componentes de las élites empresariales.

POR ESO NO nos extraña que, desde que salió el poderoso magnate Carlos Slim Helú a decir que Andrés Manuel López Obrador no debía meterse en el tema de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional (NACIM) y que el NACIM seguiría en construcción, pese a la amenaza de López Obrador de cancelarlo, a partir de entonces los señores del sector empresarial hayan salido a dar la pelea contra su candidatura.

ESOS PODEROSOS EMPRESARIOS, que habían declarado que se mantendrían al margen del proceso comicial y que habían declarado que trabajarían con el candidato que ganara la presidencia, sea quien sea, gane quien ganara, ahora empiezan a mostrar sus apuros en contra del inminente y aplastante triunfo del tabasqueño.
Y HAN EMPEZADO por preguntar al presidente del INE, Lorenzo Córdova, si todavía es tiempo de que José Antonio Meade y Margarita Zavala pudieran declinar sus preferencias electorales y su voto en favor de Ricardo Anaya, candidato de la Coalición por México al Frente, como si ellos pudieran disponer de la voluntad de ambos candidatos y pudieran hacer pactos y jugar contra la voluntad popular.

SE QUIERE TORCER, a cualquier costo, la voluntad del pueblo, para que este país siga caminando por el rumbo y el camino que le marcan las conveniencias e intereses de la clase empresarial. Y bien vale la pena preguntarse si el próximo presidente de la República será un títere, una marioneta en manos de las maquinaciones de una élite empresarial, por más poderosa que sea.

HABRA QUE PREGUNTAR si el próximo mandatario nacional deberá su triunfo y su mandato a la voluntad soberana del voto popular o tendrá que plegarse a los juegos, dictados, caprichos y conveniencias de unos cuantos empresarios, entre ellos los citados el martes pasado por Andrés Manuel: Alberto Bailleres, Germán Larrea, Claudio X González, Alejandro Ramírez y Eduardo Tricio, que se reunieron para unirse con el presidente Enrique Peña Nieto y con Ricardo Anaya.

QUE UNA parte del sector empresarial no quiere la llegada de AMLO, y han propuesto un voto útil contra el político que lidera las encuestas de cara a la elección del 1 de julio, quedó públicamente establecido en el programa de Ciro Gómez Leyva, Por La Mañana, en el cual el martes de la semana pasada los voceros de campaña de José Antonio Meade y Margarita Zavala, Javier Lozano y Jorge Camacho, reconocieron que los empresarios han presionado para que sea un solo candidato quien compita por quitarle la presidencia a López Obrador, en clara alusión a Ricardo Anaya, el segundo en las encuestas.

"EL SECTOR EMPRESARIAL es el que está presionando para que haya algo de esta naturaleza. Yo lo que percibo es que hay una presión muy grande para que tanto Margarita como Meade digan 'pásele usted, don Ricardo', le vamos haciendo de comparsa", expresó el vocero de José Antonio Meade, el senador poblano, Javier Lozano Alarcón, quien redondeó su dicho: “con Ricardo Anaya ni a la esquina…”.

JOSE ANTONIO MEADE confirmó el dicho de su vocero el miércoles al salir a declarar que no se retirarán de la competencia, “combatiremos los 90 minutos del juego”, en clara alusión a que no declinará su candidatura en favor de nadie. Duro golpe contra Anaya y el grupo empresarial…

JORGE CAMACHO, VOCERO de la candidata independiente Margarita Zavala, aceptó también la “presión de un sector de la clase empresarial para que declinen en favor de Anaya”. "No tengo nombres, pero sí hay empresarios que buscan que se fortalezca una sola opción contra López Obrador; aunque todavía no es momento de pedir el voto útil", sentenció Camacho.

PARA QUÉ QUIERE ganar AMLO con el voto masivo, si va a estar amenazado, chantajeado y presionado por las elites empresariales. Ese será su dilema, gobernar para el pueblo o para una exquisita minoría, como lo han hecho los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN.