/ domingo 8 de diciembre de 2019

Entre el feminismo, la homofobia y la historia

El domingo pasado se dieron encuentro varias marchas en la Ciudad de México. “Ni una menos” en el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, la marcha de mujeres, unas en silencio, con aerosoles, de negro, de morado, desnudas, con rostro cubierto, con pañoletas verdes, exigiendo un alto a la violencia y los feminicidios. Todas coincidentes con el primer informe a un año de gobierno de López Obrador.

El metro Insurgentes cerrado por cinco horas, pintas sobre monumentos en Reforma, destrozos en paradas y estaciones del Metrobús, fue el recuento de la marcha, con saldo blanco según la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Aunque la ombudsperson de la CdMx, Nashieli Ramírez, afirmó que fueron agredidos 4 periodistas por encapuchadas (Milenio Tv); si bien no fueron todas, solo un grupo violento que contrastó con el resto de los contingentes pacíficos.

Lo que está a discusión no solo es el saldo deficitario que deja: 50 trabajadores del gobierno de la ciudad con 15 vehículos y dos barredoras para eliminar graffitirs en la ruta que usaron para la marcha, del Ángel de la Independencia al Zócalo. La inconsciente y controvertida violencia que no quiere violencia. Pero bueno, estamos en tiempos modernos donde la democracia que vivimos exige la libre expresión del ciudadano. ¿Qué pasaría si detienen y procesan a las y los rijosos? No quiero imaginar, si ya de por sí una de las consignas fue “Violan mujeres, protegen monumentos” refiriéndose a los policías.

Las consignas que revelan un problema histórico son al menos dos: “Que muera el patriarcado” y “Alto a la violencia feminicida”, y entonces un problema que no es tan fácil de erradicar porque está enraizado en la cultura del país, de cualquier país. Pero aquí vale la pena rescatar que hay límites, entre la libertad y el respeto al otro hay una arena movediza tan compleja que igual no se puede percibir fácilmente.

Si estoy de acuerdo en que la naturaleza hace su trabajo y transgredirla es también tener consecuencias ¿cómo voy a respetar a alguien que no respeta mi forma de pensar? Las preferencias sexuales, dado que están en el ámbito de la libertad, confunden. Hacer leyes especiales para obligar a toda la sociedad a adoptar preferencias con las que no estamos de acuerdo es ya una violación a la libertad misma.

Es el caso de la exposición “Emiliano. Zapata después de Zapata” que estará en el Museo del Palacio de Bellas Artes y Literatura (hasta el 16 de febrero), promocionada por la Secretaría de Cultura con una pintura de Fabián Cháirez (30x20 cm, Chiapas, 1987), en la que feminiza al revolucionario: “desnudo, con un sombrero rosa, con tacones y montado sobre un caballo con una erección”. Si fuera Usted su descendiente ¿tendrían que pedirle permiso? ¿Usted se molestaría? Bueno, en razón de la historia, intriga sobre la posible bisexualidad de Emiliano, “al menos durante el tiempo que convivió con José Ignacio Mariano Santiago Joaquín Francisco de la Torre y Mier, yerno de Porfirio Díaz” y por todos sabido que era homosexual. Para los festejos del centenario de la Revolución mexicana, una soldadera que aún vivía dijo en entrevista que Zapata “era hombre, pero tan hombre que se acostaba con otros hombres”. Si lo fue ¿para qué pintarlo así? Mientras tanto, los edificios de la UNAM también se iluminaron de naranja.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

El domingo pasado se dieron encuentro varias marchas en la Ciudad de México. “Ni una menos” en el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, la marcha de mujeres, unas en silencio, con aerosoles, de negro, de morado, desnudas, con rostro cubierto, con pañoletas verdes, exigiendo un alto a la violencia y los feminicidios. Todas coincidentes con el primer informe a un año de gobierno de López Obrador.

El metro Insurgentes cerrado por cinco horas, pintas sobre monumentos en Reforma, destrozos en paradas y estaciones del Metrobús, fue el recuento de la marcha, con saldo blanco según la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Aunque la ombudsperson de la CdMx, Nashieli Ramírez, afirmó que fueron agredidos 4 periodistas por encapuchadas (Milenio Tv); si bien no fueron todas, solo un grupo violento que contrastó con el resto de los contingentes pacíficos.

Lo que está a discusión no solo es el saldo deficitario que deja: 50 trabajadores del gobierno de la ciudad con 15 vehículos y dos barredoras para eliminar graffitirs en la ruta que usaron para la marcha, del Ángel de la Independencia al Zócalo. La inconsciente y controvertida violencia que no quiere violencia. Pero bueno, estamos en tiempos modernos donde la democracia que vivimos exige la libre expresión del ciudadano. ¿Qué pasaría si detienen y procesan a las y los rijosos? No quiero imaginar, si ya de por sí una de las consignas fue “Violan mujeres, protegen monumentos” refiriéndose a los policías.

Las consignas que revelan un problema histórico son al menos dos: “Que muera el patriarcado” y “Alto a la violencia feminicida”, y entonces un problema que no es tan fácil de erradicar porque está enraizado en la cultura del país, de cualquier país. Pero aquí vale la pena rescatar que hay límites, entre la libertad y el respeto al otro hay una arena movediza tan compleja que igual no se puede percibir fácilmente.

Si estoy de acuerdo en que la naturaleza hace su trabajo y transgredirla es también tener consecuencias ¿cómo voy a respetar a alguien que no respeta mi forma de pensar? Las preferencias sexuales, dado que están en el ámbito de la libertad, confunden. Hacer leyes especiales para obligar a toda la sociedad a adoptar preferencias con las que no estamos de acuerdo es ya una violación a la libertad misma.

Es el caso de la exposición “Emiliano. Zapata después de Zapata” que estará en el Museo del Palacio de Bellas Artes y Literatura (hasta el 16 de febrero), promocionada por la Secretaría de Cultura con una pintura de Fabián Cháirez (30x20 cm, Chiapas, 1987), en la que feminiza al revolucionario: “desnudo, con un sombrero rosa, con tacones y montado sobre un caballo con una erección”. Si fuera Usted su descendiente ¿tendrían que pedirle permiso? ¿Usted se molestaría? Bueno, en razón de la historia, intriga sobre la posible bisexualidad de Emiliano, “al menos durante el tiempo que convivió con José Ignacio Mariano Santiago Joaquín Francisco de la Torre y Mier, yerno de Porfirio Díaz” y por todos sabido que era homosexual. Para los festejos del centenario de la Revolución mexicana, una soldadera que aún vivía dijo en entrevista que Zapata “era hombre, pero tan hombre que se acostaba con otros hombres”. Si lo fue ¿para qué pintarlo así? Mientras tanto, los edificios de la UNAM también se iluminaron de naranja.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com