/ lunes 10 de febrero de 2020

Es momento de reformar al Banco de México

Mientras el país atraviesa por una situación económica de estancamiento, la Iniciativa privada, el gobierno federal y el Banco de México se han dedicado a esgrimir un doble lenguaje que va en contra de la confianza y certidumbre que piden, aconsejan y recomiendan por una parte y, por otra, el ambiente de cautela, de pesimismo e incertidumbre que siembran con sus escépticos y negativos análisis, diagnósticos y comentarios de que la debilidad de la economía mexicana continuará en este 2020, en que el crecimiento oscilará entre 0.7 y 1%.,

Aunque la OCDE estima que el PIB crecerá 1.6% .Sin embargo, ambos pronósticos de crecimiento son desalentadores para una economía que siempre reactivó cada vez que la economía estadunidense crecía, y ahora no está sucediendo así cuando se vaticina que nuestro vecino crecerá 2.5%.

Lo que sucede es que todos anhelas que la economía nacional crezca a un mayor ritmo, pero no todos hacen lo necesarios para que esto suceda. Una parte del sector privado dice que con el proyecto bilateral de inversiones público privadas en obras de infraestructura el país puede alcanzar una mayor tasa de crecimiento y salir del estancamiento; pero los analistas del sector financiero dudan que así sea.

Ya empezó el 2020 y dicen que aún no se han dado a conocer los proyectos, de dónde provendrán las fuentes de financiamiento de las obras, ni tampoco se han licitado los contratos de los proyectos que anunció el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, que se licitarían desde 2019 para que en 2020 arrancaran las inversiones.

Los analistas del sector privado se muestran escépticos, sus pronósticos son de que la debilidad económica persisitirá en el segundo año de Andrés Manuel López Obrador, el cual debe olvidarse de que alcanzaría tasas de crecimiento de 4% anual. La primera gran derrota de la 4 –Transformación, aun cuando le quedan 5 años de plazo para demostrar que sí se puede.

La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) expresa un doble lenguaje que siembra desconfianza e incertidumbre. Su presidente, Francisco Cervantes Díaz, afirma que “la puesta en marcha de los acuerdos de infraestructura, vivienda, energía y logística que emprenderán el sector privado y el público, pueden impulsar más el crecimiento de la economía mexicana para 2020.

Pero enseguida mete reversa y afirma que el sector industrial prevé que el producto interno bruto crezca entre 0.7 y 1 por ciento este año. Y expresó que la industria juega un papel importante en la economía, pero necesitamos certidumbre a largo plazo para que todo el mundo, sobre todo el consumo, empiece a trabajar.

Ningún sector de la economía está generando certidumbre. Hasta el T-Mec Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, está creando incertidumbre; de acuerdo a los caprichos comerciales de Donald Trump tendrá una corta vigencia de 5 años que serán ampliados a 16 años si los tres países están de acuerdo.

Igual sucede con el Gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León y los analistas del sector privado que consulta periódicamente, se han dedicado todo el año a criticar las frustradas medidas de política económica del Gobierno Federal, pero han llevado al Banco Central a adoptar medidas de política monetaria conservadoras y medrosas que en nada ayudan a la reactivación económica.

En su última reunión en diciembre de 2019 la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) auguró que la debilidad económica que envuelve al país continuará a la largo de 2020. Díaz de León y otros vicegobernadores se opusieron a bajar las tasas de interés medio punto, tal como proponían otros subgobernadores con el afán de abaratar los costos del dinero en el mercado y alentar el crecimiento económico. Sólo redujeron en un cuarto de punto las tasas, pese a que son las más altas que hay en este momento en todo el mercado latinoamericano, y lo único que favorecen son la llegada de capitales furtivos y especulativos, ávidos de ganancias fáciles.

Díaz de León no tiene ahora el pretexto de que la inflación nacional sea tan alta que no pueda reducir más las tasas referenciales que están en 7.25 y la inflación cerró el año sólo en 3 puntos, la más baja en muchos lustros, dejo de ser un obstáculo para bajar las tasas primas y abaratar el sistema crediticio que está semiparalizado porque nadie quiere endeudarse para pagar tan altos intereses. El sector industrial no quiere créditos tan caros para arriesgar en invertir en una etapa de magro crecimiento.

Parece que ha llegado el momento de la reforma al Banco de México para ampliar sus facultades y que se convierta en un factor de fomento y promoción del crecimiento junto a La Secretaría de Hacienda… NOS ESCUCHAMOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.




Mientras el país atraviesa por una situación económica de estancamiento, la Iniciativa privada, el gobierno federal y el Banco de México se han dedicado a esgrimir un doble lenguaje que va en contra de la confianza y certidumbre que piden, aconsejan y recomiendan por una parte y, por otra, el ambiente de cautela, de pesimismo e incertidumbre que siembran con sus escépticos y negativos análisis, diagnósticos y comentarios de que la debilidad de la economía mexicana continuará en este 2020, en que el crecimiento oscilará entre 0.7 y 1%.,

Aunque la OCDE estima que el PIB crecerá 1.6% .Sin embargo, ambos pronósticos de crecimiento son desalentadores para una economía que siempre reactivó cada vez que la economía estadunidense crecía, y ahora no está sucediendo así cuando se vaticina que nuestro vecino crecerá 2.5%.

Lo que sucede es que todos anhelas que la economía nacional crezca a un mayor ritmo, pero no todos hacen lo necesarios para que esto suceda. Una parte del sector privado dice que con el proyecto bilateral de inversiones público privadas en obras de infraestructura el país puede alcanzar una mayor tasa de crecimiento y salir del estancamiento; pero los analistas del sector financiero dudan que así sea.

Ya empezó el 2020 y dicen que aún no se han dado a conocer los proyectos, de dónde provendrán las fuentes de financiamiento de las obras, ni tampoco se han licitado los contratos de los proyectos que anunció el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, que se licitarían desde 2019 para que en 2020 arrancaran las inversiones.

Los analistas del sector privado se muestran escépticos, sus pronósticos son de que la debilidad económica persisitirá en el segundo año de Andrés Manuel López Obrador, el cual debe olvidarse de que alcanzaría tasas de crecimiento de 4% anual. La primera gran derrota de la 4 –Transformación, aun cuando le quedan 5 años de plazo para demostrar que sí se puede.

La Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) expresa un doble lenguaje que siembra desconfianza e incertidumbre. Su presidente, Francisco Cervantes Díaz, afirma que “la puesta en marcha de los acuerdos de infraestructura, vivienda, energía y logística que emprenderán el sector privado y el público, pueden impulsar más el crecimiento de la economía mexicana para 2020.

Pero enseguida mete reversa y afirma que el sector industrial prevé que el producto interno bruto crezca entre 0.7 y 1 por ciento este año. Y expresó que la industria juega un papel importante en la economía, pero necesitamos certidumbre a largo plazo para que todo el mundo, sobre todo el consumo, empiece a trabajar.

Ningún sector de la economía está generando certidumbre. Hasta el T-Mec Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, está creando incertidumbre; de acuerdo a los caprichos comerciales de Donald Trump tendrá una corta vigencia de 5 años que serán ampliados a 16 años si los tres países están de acuerdo.

Igual sucede con el Gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León y los analistas del sector privado que consulta periódicamente, se han dedicado todo el año a criticar las frustradas medidas de política económica del Gobierno Federal, pero han llevado al Banco Central a adoptar medidas de política monetaria conservadoras y medrosas que en nada ayudan a la reactivación económica.

En su última reunión en diciembre de 2019 la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) auguró que la debilidad económica que envuelve al país continuará a la largo de 2020. Díaz de León y otros vicegobernadores se opusieron a bajar las tasas de interés medio punto, tal como proponían otros subgobernadores con el afán de abaratar los costos del dinero en el mercado y alentar el crecimiento económico. Sólo redujeron en un cuarto de punto las tasas, pese a que son las más altas que hay en este momento en todo el mercado latinoamericano, y lo único que favorecen son la llegada de capitales furtivos y especulativos, ávidos de ganancias fáciles.

Díaz de León no tiene ahora el pretexto de que la inflación nacional sea tan alta que no pueda reducir más las tasas referenciales que están en 7.25 y la inflación cerró el año sólo en 3 puntos, la más baja en muchos lustros, dejo de ser un obstáculo para bajar las tasas primas y abaratar el sistema crediticio que está semiparalizado porque nadie quiere endeudarse para pagar tan altos intereses. El sector industrial no quiere créditos tan caros para arriesgar en invertir en una etapa de magro crecimiento.

Parece que ha llegado el momento de la reforma al Banco de México para ampliar sus facultades y que se convierta en un factor de fomento y promoción del crecimiento junto a La Secretaría de Hacienda… NOS ESCUCHAMOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.