/ viernes 13 de diciembre de 2019

Evaluación educativa; su importancia

Buena salud y educación de calidad son el binomio fundamental, los cuales deben convertirse en una exigencia social; para acceder a una vida con calidad y mejores oportunidades.

Durante la primera semana del mes de diciembre del presente 2019, la Organización para el Comercio y Desarrollo Económicos (OCDE). Presento los resultados de la prueba PISA; los estudiantes de Pekín, Shanghái, Jiangsu y Zhejiang, obtuvieron los tres primeros lugares de la evaluación, con un promedio de 578 puntos.

Estos buenos resultados, van en correlación, por la presión a la que someten a sus estudiantes. Aunque hay que señalar que la muestra comprende a las regiones más prósperas del país y, a pesar de que su nivel de ingreso per cápita sigue siendo inferior a la media de los países de la OCDE.

Este desempeño, considera las siguientes razones: “la primera es que la escolarización de los hijos se afronta como un esfuerzo de toda la familia, hasta el punto de constituir el primer gasto del hogar; la segunda es un método de aprendizaje en el que la memorización tiene un mayor peso; y, por último, una mentalidad de crecimiento: los alumnos entienden el éxito como una cuestión de trabajo más que de capacidad intelectual”.

Una frase del informe PISA resume lo que está en juego: “la calidad de las escuelas hoy alimentará la fortaleza de la economía mañana”.

Respecto a México, señala que solo el uno por ciento de los estudiantes de 15 años posee un alto nivel de competencia en Matemáticas, de acuerdo con los resultados de las pruebas aplicadas en 2018, solo ese porcentaje alcanzó el nivel 5 o superior en esa materia.

Se señala que “Los estudiantes pueden desarrollar y trabajar con modelos para situaciones complejas, identificando restricciones y especificando supuestos.

Esta evaluación -que se realiza cada tres años y que mide las habilidades de estudiantes de 15 años para reproducir lo que han aprendido, de transferir los conocimientos y aplicarlos en nuevos contextos- se destaca que en las naciones de América Latina el promedio es menor al del resto de los miembros de la OCDE.

En la evaluación de 2018, los estudiantes de 15 años que hicieron la prueba obtuvieron una puntuación promedio en este apartado de 409 puntos, una unidad más que lo registrado en 2015. La OCDE calificó este avance como positivo, pero plano y con tendencia a ser menos positivo en los siguientes años. La puntuación de México en Matemáticas contrasta con el promedio de la OCDE (489 puntos) y con el de otros países latinoamericanos como Uruguay (418) o Chile (417).

La evaluación PISA, lamentablemente establece que México está en penúltimo lugar en competencias de ciencias y matemáticas (sólo por arriba de Colombia); en lectura hubo retroceso, de los 422 puntos registrados en 2000, se pasó a 420 en 2018 y, los estudiantes de secundaria y primero de bachillerato, tienen “dificultades en aspectos básicos de esa disciplina, lo que es preocupante”.

Las niñas superaron a los niños en lectura en 11 puntos, mientras que los niños superaron a las niñas en matemáticas en 12 puntos (promedio de la OCDE: 5 puntos) y en ciencias en nueve puntos, el nivel socioeconómico por primera vez fue considerado en el examen de PISA- “fue un fuerte predictor del desempeño, ya que los estudiantes mexicanos más avanzados superaron en lectura a los estudiantes desfavorecidos en 81 puntos”.

Ante los resultados obtenidos, se tiene que reorientar el modelo educativo, mejorando lo que ya estaba en marcha, e innovar donde se pueda y aprender de las evidencias y prácticas nacionales e internacionales exitosas.

Se debe trabajar en la construcción de un sólido sistema educativo nacional, donde debe ser fundamental la selección y evaluación docente, sustentada en el mérito y la calidad.

Pero, lo cierto es que en nuestro país el bajo desempeño escolar, se debe fundamentalmente a que una gran mayoría de estudiantes pertenecen a grupos sociales de ingresos bajos, lo cual ejerce un efecto negativo sobre los niveles motivacionales medios de los grupos escolares, presentando una mayor dificultad para la movilidad y el ascenso social.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

Buena salud y educación de calidad son el binomio fundamental, los cuales deben convertirse en una exigencia social; para acceder a una vida con calidad y mejores oportunidades.

Durante la primera semana del mes de diciembre del presente 2019, la Organización para el Comercio y Desarrollo Económicos (OCDE). Presento los resultados de la prueba PISA; los estudiantes de Pekín, Shanghái, Jiangsu y Zhejiang, obtuvieron los tres primeros lugares de la evaluación, con un promedio de 578 puntos.

Estos buenos resultados, van en correlación, por la presión a la que someten a sus estudiantes. Aunque hay que señalar que la muestra comprende a las regiones más prósperas del país y, a pesar de que su nivel de ingreso per cápita sigue siendo inferior a la media de los países de la OCDE.

Este desempeño, considera las siguientes razones: “la primera es que la escolarización de los hijos se afronta como un esfuerzo de toda la familia, hasta el punto de constituir el primer gasto del hogar; la segunda es un método de aprendizaje en el que la memorización tiene un mayor peso; y, por último, una mentalidad de crecimiento: los alumnos entienden el éxito como una cuestión de trabajo más que de capacidad intelectual”.

Una frase del informe PISA resume lo que está en juego: “la calidad de las escuelas hoy alimentará la fortaleza de la economía mañana”.

Respecto a México, señala que solo el uno por ciento de los estudiantes de 15 años posee un alto nivel de competencia en Matemáticas, de acuerdo con los resultados de las pruebas aplicadas en 2018, solo ese porcentaje alcanzó el nivel 5 o superior en esa materia.

Se señala que “Los estudiantes pueden desarrollar y trabajar con modelos para situaciones complejas, identificando restricciones y especificando supuestos.

Esta evaluación -que se realiza cada tres años y que mide las habilidades de estudiantes de 15 años para reproducir lo que han aprendido, de transferir los conocimientos y aplicarlos en nuevos contextos- se destaca que en las naciones de América Latina el promedio es menor al del resto de los miembros de la OCDE.

En la evaluación de 2018, los estudiantes de 15 años que hicieron la prueba obtuvieron una puntuación promedio en este apartado de 409 puntos, una unidad más que lo registrado en 2015. La OCDE calificó este avance como positivo, pero plano y con tendencia a ser menos positivo en los siguientes años. La puntuación de México en Matemáticas contrasta con el promedio de la OCDE (489 puntos) y con el de otros países latinoamericanos como Uruguay (418) o Chile (417).

La evaluación PISA, lamentablemente establece que México está en penúltimo lugar en competencias de ciencias y matemáticas (sólo por arriba de Colombia); en lectura hubo retroceso, de los 422 puntos registrados en 2000, se pasó a 420 en 2018 y, los estudiantes de secundaria y primero de bachillerato, tienen “dificultades en aspectos básicos de esa disciplina, lo que es preocupante”.

Las niñas superaron a los niños en lectura en 11 puntos, mientras que los niños superaron a las niñas en matemáticas en 12 puntos (promedio de la OCDE: 5 puntos) y en ciencias en nueve puntos, el nivel socioeconómico por primera vez fue considerado en el examen de PISA- “fue un fuerte predictor del desempeño, ya que los estudiantes mexicanos más avanzados superaron en lectura a los estudiantes desfavorecidos en 81 puntos”.

Ante los resultados obtenidos, se tiene que reorientar el modelo educativo, mejorando lo que ya estaba en marcha, e innovar donde se pueda y aprender de las evidencias y prácticas nacionales e internacionales exitosas.

Se debe trabajar en la construcción de un sólido sistema educativo nacional, donde debe ser fundamental la selección y evaluación docente, sustentada en el mérito y la calidad.

Pero, lo cierto es que en nuestro país el bajo desempeño escolar, se debe fundamentalmente a que una gran mayoría de estudiantes pertenecen a grupos sociales de ingresos bajos, lo cual ejerce un efecto negativo sobre los niveles motivacionales medios de los grupos escolares, presentando una mayor dificultad para la movilidad y el ascenso social.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com