/ domingo 15 de marzo de 2020

Hijos de nuestro tiempo ¿feministas o machistas?

El saldo de la marcha del 8 de junio pasado y el paro orquestado por miles de mujeres en México, por lo menos ha dejado pensando a más de uno en lo que las motivó. La ONU Mujeres estima que cada año son asesinadas 87 mil mujeres y niñas en el mundo, que en México 63 de cada 100 mujeres de 15 años o más han padecido algún tipo de violencia lo largo de su vida; además, en México los feminicidios crecieron 137.5% durante los últimos cinco años.

La sexualidad es un conjunto de características físicas, psicológicas, que inciden en la personalidad de cada persona. Cierto es que he constatado cómo cambiaron los tiempos al grado de que la opinión de la mujer es importante, es valiosa, es escuchada. Sin embargo, ¿qué pasa con este fenómeno del machismo que no termina? Acaso no termine nunca porque sea una forma natural de ser, de hombres que siguen pensando que la mujer es un objeto de placer y que no tiene cerebro. La realidad es que el estado federal, estatal y municipal no ha podido dar vuelta a las escalofriantes cifras que conocemos todos los días.

Puedo compartirles lo que viví marchando al lado de otras mujeres que expresaban con ímpetu sus demandas, yo misma compartiendo una denuncia reprimida por muchos años: el acoso sufrido desde que tengo memoria, cuando tenía 10 años en el autobús, a los 14 en una playa de Veracruz cuando vacacionaba con mi familia, en la calle sola a las 7 de la mañana que entraba a la universidad, en la calle caminando hacia casa o a mis destinos, los manoseos o sorprendida por exhibicionistas masturbándose, no sé cuántas veces, pero sí las recuerdo bien. Algo está cambiando y me siento comprometida para demandar que se termine la violencia de género.

Llegaron unas 8 mujeres vestidas de negro, encapuchadas, organizadas, listas con aerosol, ágiles y fraternas; se distribuyeron estratégicamente para ir pintando a su paso los acrílicos del Metrobús y la Fiscalía. Las demandas se escucharon con estrofas de “Un violador en tu camino”, lo que se ha convertido en un himno, desde el 6 de diciembre de 2019 el colectivo Las Tesis ofreciera un performance inspiradas en la antropóloga feminista Rita Serato.

“El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer, y nuestro castigo es: feminicidio, impunidad para el asesino, es la desaparición, es la violación. Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni como vestía, el violador eres tú. El estado opresor es un macho violador…el violador eres tú…” Es la demanda, se busca romper con la violación como problema social, no aceptar ni naturalizar prácticas del patriarcado. Mi generación no fue escuchada, pero esta joven generación exige lo que corresponde a todas las mujeres. La marcha del 8M tocó fibras, será porque una de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia de un hombre, y donde más es en América Latina y el Caribe.

“Se va a caer se va a caer, el machismo se va a caer se va a caer”, “No es no, ¡¿qué parte no entiendes, la N o a O?¡”, “Con ropa o sin ropa, este cuerpo no se toca”, son demandas que configuran un cambio cultural: la mujer decide cómo, cuándo y con quién tener sexo; pero no está dispuesta a ser señalada como “provocadora” o “puta”. Entiendo a las chichas con las que marché, amigas de mi hija, y mi sobrina. Por qué no pueden vivir sin riesgos a su seguridad y sólo confiando en “mis amigas me cuidan, no los policías”, entiendo su miedo.

La revolución no soluciona nada, al contrario, como plantea el investigador Ernesto Hernández Norzagaray en su artículo “Feministas radicales” (sinembargo.mx), la ruta es perfeccionar las democracias con la herramienta del diálogo, el consenso y los procesos electorales limpios. Claro, que se termine en las aulas el acoso por parte de machistas, con sanciones, con pruebas. Somos hijos de nuestros tiempos, los acosadores machistas y el Estado deben entender la historia que se está escribiendo, porque “De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha, cueste lo que cueste” ¿Qué sigue? Articular las demandas.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

El saldo de la marcha del 8 de junio pasado y el paro orquestado por miles de mujeres en México, por lo menos ha dejado pensando a más de uno en lo que las motivó. La ONU Mujeres estima que cada año son asesinadas 87 mil mujeres y niñas en el mundo, que en México 63 de cada 100 mujeres de 15 años o más han padecido algún tipo de violencia lo largo de su vida; además, en México los feminicidios crecieron 137.5% durante los últimos cinco años.

La sexualidad es un conjunto de características físicas, psicológicas, que inciden en la personalidad de cada persona. Cierto es que he constatado cómo cambiaron los tiempos al grado de que la opinión de la mujer es importante, es valiosa, es escuchada. Sin embargo, ¿qué pasa con este fenómeno del machismo que no termina? Acaso no termine nunca porque sea una forma natural de ser, de hombres que siguen pensando que la mujer es un objeto de placer y que no tiene cerebro. La realidad es que el estado federal, estatal y municipal no ha podido dar vuelta a las escalofriantes cifras que conocemos todos los días.

Puedo compartirles lo que viví marchando al lado de otras mujeres que expresaban con ímpetu sus demandas, yo misma compartiendo una denuncia reprimida por muchos años: el acoso sufrido desde que tengo memoria, cuando tenía 10 años en el autobús, a los 14 en una playa de Veracruz cuando vacacionaba con mi familia, en la calle sola a las 7 de la mañana que entraba a la universidad, en la calle caminando hacia casa o a mis destinos, los manoseos o sorprendida por exhibicionistas masturbándose, no sé cuántas veces, pero sí las recuerdo bien. Algo está cambiando y me siento comprometida para demandar que se termine la violencia de género.

Llegaron unas 8 mujeres vestidas de negro, encapuchadas, organizadas, listas con aerosol, ágiles y fraternas; se distribuyeron estratégicamente para ir pintando a su paso los acrílicos del Metrobús y la Fiscalía. Las demandas se escucharon con estrofas de “Un violador en tu camino”, lo que se ha convertido en un himno, desde el 6 de diciembre de 2019 el colectivo Las Tesis ofreciera un performance inspiradas en la antropóloga feminista Rita Serato.

“El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer, y nuestro castigo es: feminicidio, impunidad para el asesino, es la desaparición, es la violación. Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni como vestía, el violador eres tú. El estado opresor es un macho violador…el violador eres tú…” Es la demanda, se busca romper con la violación como problema social, no aceptar ni naturalizar prácticas del patriarcado. Mi generación no fue escuchada, pero esta joven generación exige lo que corresponde a todas las mujeres. La marcha del 8M tocó fibras, será porque una de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia de un hombre, y donde más es en América Latina y el Caribe.

“Se va a caer se va a caer, el machismo se va a caer se va a caer”, “No es no, ¡¿qué parte no entiendes, la N o a O?¡”, “Con ropa o sin ropa, este cuerpo no se toca”, son demandas que configuran un cambio cultural: la mujer decide cómo, cuándo y con quién tener sexo; pero no está dispuesta a ser señalada como “provocadora” o “puta”. Entiendo a las chichas con las que marché, amigas de mi hija, y mi sobrina. Por qué no pueden vivir sin riesgos a su seguridad y sólo confiando en “mis amigas me cuidan, no los policías”, entiendo su miedo.

La revolución no soluciona nada, al contrario, como plantea el investigador Ernesto Hernández Norzagaray en su artículo “Feministas radicales” (sinembargo.mx), la ruta es perfeccionar las democracias con la herramienta del diálogo, el consenso y los procesos electorales limpios. Claro, que se termine en las aulas el acoso por parte de machistas, con sanciones, con pruebas. Somos hijos de nuestros tiempos, los acosadores machistas y el Estado deben entender la historia que se está escribiendo, porque “De norte a sur, de este a oeste, ganaremos esta lucha, cueste lo que cueste” ¿Qué sigue? Articular las demandas.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com