/ lunes 20 de abril de 2020

LA OPEP obliga a López Obrador a modificar sus metas energéticas

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM ) estiman que la economía global se encamina hacia su más profunda recesión de los últimos 90 años. En tales condiciones, poco ha durado el festejo de la histórica reducción de la producción petrolera acordada por los 23 países productores de la OPEP ( México como aliado) ante la dramática caída de la demanda mundial en casi un 25%, causada por la pandemia del Covid-19 que ha paralizado la economía mundial.

Ahora debe hacerse realidad lo que el Presidente Donald Trump ya había comentado: que la OPEP buscaría duplicar el pacto de re cortar la producción mundial hasta en 19.5 millones de barriles diarios con tal de elevar los precios del petróleo.

La economía mexicana también se hundirá hasta 6.6%. siendo éste el deterioro más pronunciado desde la Gran Depresión de los años treinta. El desempleo afectará a 5.3 por ciento de la población económicamente activa al cierre del año; la inflación descenderá 2.7 y el saldo de la cuenta corriente ampliará su déficit en 3.7 del (PIB). Dentro de este desolador panorama el FMI hace un pronóstico alentador que en 2021 la economía del país tendrá un crecimiento de 3%.

En esta profunda recesión económica, el compromiso de México de reducir su producción petrolera en cien mil barriles diarios, no le reportará ningún beneficio inmediato como se esperaba, ya que los precios del crudo siguen a la baja, el viernes de la semana pasada la mezcla mexicana se cotizaba en 14,35 el barril, será uno de los componentes negativos de la recaudación fiscal nacional, y obviamente, impactará el plan económico del gobierno federal por varias vías que enseguida se explican:

Por la persistencia en la caída de los precios que en los últimos meses han oscilado entre 10 y 16 dólares el barril, cuando en enero estaban en 59 dólares. Para efectos de los ingresos presupuestales están estimados en 49 dólares. Por su compromiso de reducir sus exportaciones en cien mil barriles diarios; y porque el seguro que se compró sólo amparaba el 46% de sus exportaciones, quedando a la deriva del comportamiento de los mercados, el 54%.

El ingreso petrolero nacional se verá catastróficamente disminuido, a menos que Donald Trump, la OPEP, Rusia y Arabia Saudita decidan reducir otro 10% la producción mundial, lo que obligaría a México también a reducir su producción y detener los proyectos energéticos del Presidente López Obrador, de elevar la producción petrolera a dos millones de barriles diarios para el 2024.

A Donald Trump que ha sido el artífice de la reunión y decisión histórica de la OPEP, quien desactivó la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, debe preocuparle seriamente que la pandemia del coronavirus se haya enseñoreado entre la población de Estados Unidos, y que sus empresas petroleras sigan perdiendo dinero, especialmente las que utilizan el fraking que eleva sustancialmente los precios de extracción de crudo, que la economía estadounidense se encamine a una recesión económica de 5.9% este año, y que no pueda alcanzar la reactivación en el segundo semestre, de acuerdo a las predicciones del FMI.

Arabia Saudita y Rusia que con su guerra de precios contribuyeron a malbaratar el precio mundial del petróleo durante el mes de marzo y medio abril, especialmente Arabia que redujo sus precios e incluso fanfarronamente ofertó descuentos de 20% a quienes le compraran petroleo, hoy entenderán que no basta ser las máximas potencias petroleras mundiales con una capacidad de producción de 10 millones de barriles diarios cada una, para alterar o manipular los equilibrios establecidos por la ley de la oferta y la demanda.

El país que ha resultado ganadora de esta rebatiña petrolera es China, la cual puso a caminar sus enormes reservas financieras para comprar crudo barato, fortalecer sus reservas estratégicas y reapuntalar el relanzamiento de su economía para el segundo semestre del año con apoyos fiscales a sus empresas, luego de haber demostrado una gran capacidad para superar su crisis sanitaria por el Covid-19 entre marzo y abril.

La economía China crecerá este año 1.2%, el porcentaje más bajo desde que inició hace más de 35 años el milagro que la ubicó como segunda potencia económica mundial , esto como consecuencia de la recesión mundial que será de 3.3% de acuerdo a la estimación del FMI. Esta nación traía un crecimiento anual de 6.8% anual.

La pandemia del Covid-19 ha demostrado a todos los gobiernos de los países que ninguno estaba preparado con suficientes recursos médicos, hospitalarios y curativos para hacer frente a esta crisis sanitaria, que nunca tantos millones de personas en el mundo iban a abandonar las calles, a quedarse en sus casas, a obligar al cierre de empresas, comercios, servicios, a paralizar de manera impresionante la economía mundial, solo visto en las películas de ficción. Nos escuchamos diariamente de 13 A 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM ) estiman que la economía global se encamina hacia su más profunda recesión de los últimos 90 años. En tales condiciones, poco ha durado el festejo de la histórica reducción de la producción petrolera acordada por los 23 países productores de la OPEP ( México como aliado) ante la dramática caída de la demanda mundial en casi un 25%, causada por la pandemia del Covid-19 que ha paralizado la economía mundial.

Ahora debe hacerse realidad lo que el Presidente Donald Trump ya había comentado: que la OPEP buscaría duplicar el pacto de re cortar la producción mundial hasta en 19.5 millones de barriles diarios con tal de elevar los precios del petróleo.

La economía mexicana también se hundirá hasta 6.6%. siendo éste el deterioro más pronunciado desde la Gran Depresión de los años treinta. El desempleo afectará a 5.3 por ciento de la población económicamente activa al cierre del año; la inflación descenderá 2.7 y el saldo de la cuenta corriente ampliará su déficit en 3.7 del (PIB). Dentro de este desolador panorama el FMI hace un pronóstico alentador que en 2021 la economía del país tendrá un crecimiento de 3%.

En esta profunda recesión económica, el compromiso de México de reducir su producción petrolera en cien mil barriles diarios, no le reportará ningún beneficio inmediato como se esperaba, ya que los precios del crudo siguen a la baja, el viernes de la semana pasada la mezcla mexicana se cotizaba en 14,35 el barril, será uno de los componentes negativos de la recaudación fiscal nacional, y obviamente, impactará el plan económico del gobierno federal por varias vías que enseguida se explican:

Por la persistencia en la caída de los precios que en los últimos meses han oscilado entre 10 y 16 dólares el barril, cuando en enero estaban en 59 dólares. Para efectos de los ingresos presupuestales están estimados en 49 dólares. Por su compromiso de reducir sus exportaciones en cien mil barriles diarios; y porque el seguro que se compró sólo amparaba el 46% de sus exportaciones, quedando a la deriva del comportamiento de los mercados, el 54%.

El ingreso petrolero nacional se verá catastróficamente disminuido, a menos que Donald Trump, la OPEP, Rusia y Arabia Saudita decidan reducir otro 10% la producción mundial, lo que obligaría a México también a reducir su producción y detener los proyectos energéticos del Presidente López Obrador, de elevar la producción petrolera a dos millones de barriles diarios para el 2024.

A Donald Trump que ha sido el artífice de la reunión y decisión histórica de la OPEP, quien desactivó la guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, debe preocuparle seriamente que la pandemia del coronavirus se haya enseñoreado entre la población de Estados Unidos, y que sus empresas petroleras sigan perdiendo dinero, especialmente las que utilizan el fraking que eleva sustancialmente los precios de extracción de crudo, que la economía estadounidense se encamine a una recesión económica de 5.9% este año, y que no pueda alcanzar la reactivación en el segundo semestre, de acuerdo a las predicciones del FMI.

Arabia Saudita y Rusia que con su guerra de precios contribuyeron a malbaratar el precio mundial del petróleo durante el mes de marzo y medio abril, especialmente Arabia que redujo sus precios e incluso fanfarronamente ofertó descuentos de 20% a quienes le compraran petroleo, hoy entenderán que no basta ser las máximas potencias petroleras mundiales con una capacidad de producción de 10 millones de barriles diarios cada una, para alterar o manipular los equilibrios establecidos por la ley de la oferta y la demanda.

El país que ha resultado ganadora de esta rebatiña petrolera es China, la cual puso a caminar sus enormes reservas financieras para comprar crudo barato, fortalecer sus reservas estratégicas y reapuntalar el relanzamiento de su economía para el segundo semestre del año con apoyos fiscales a sus empresas, luego de haber demostrado una gran capacidad para superar su crisis sanitaria por el Covid-19 entre marzo y abril.

La economía China crecerá este año 1.2%, el porcentaje más bajo desde que inició hace más de 35 años el milagro que la ubicó como segunda potencia económica mundial , esto como consecuencia de la recesión mundial que será de 3.3% de acuerdo a la estimación del FMI. Esta nación traía un crecimiento anual de 6.8% anual.

La pandemia del Covid-19 ha demostrado a todos los gobiernos de los países que ninguno estaba preparado con suficientes recursos médicos, hospitalarios y curativos para hacer frente a esta crisis sanitaria, que nunca tantos millones de personas en el mundo iban a abandonar las calles, a quedarse en sus casas, a obligar al cierre de empresas, comercios, servicios, a paralizar de manera impresionante la economía mundial, solo visto en las películas de ficción. Nos escuchamos diariamente de 13 A 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.