/ lunes 23 de noviembre de 2020

La pandemia puede estallar otra crisis financiera mundial

La crisis sanitaria mundial por el coronavirus ha obligado a la mayor parte de los gobiernos a recurrir a mayores niveles de endeudamiento y sobreendeudamiento para rescatar del naufragio a sus economías y planta de empleo, iniciativa que puede desatar, en el corto plazo, una explosiva crisis financiera internacional de peores consecuencias que la de 2009 al encimarse a la presente recesión económica, con la que lidiarán los países al menos hasta 2022.

El porcentaje de países de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) en crisis de endeudamiento o en riesgo de sufrirla llegó al 50 % en julio de 2019. Antes del brote de COVID-19, la deuda ya había alcanzado niveles récord en las economías emergentes y en desarrollo.

El proceso de sobreendeudamiento de los países por la pandemia del coronavirus introduce a más del 50% de las naciones al riesgo de una crisis de endeudamiento y de desatar una crisis financiera al tener que declararse en moratoria de pagos gran número de estos. La deuda externa total de los países de ingreso medio y bajo aumentó un 5,3 % hasta alcanzar 7,8 billones de dólares en 2018, de acuerdo a las cifras del Banco Mundial.

Hay que repasar que un alto nivel de deuda pública en la mayoría de los países puede frenar la inversión privada nacional, incrementar las presiones fiscales para pagar el servicio anual de la deuda; reducir la inversión pública, como sucede en México aun cuando todavía tenga un amplio margen de endeudamiento; disminuir el gasto social, y limitar la capacidad gubernamental de implementar reformas.

Con el fin de evitar un estallido de moratoria de pagos que quebraría a la banca comercial, el Grupo de los Veinte (G20) ha impulsado entre los gobiernos y la banca comercial, la iniciativa de convenir la posposición de pagos del Servicio de la Deuda correspondientes a 2020 y extenderla hasta 2021, para que los gobiernos sumen esos recursos a atender la emergencia sanitaria y económica.

Estas medidas preventivas han beneficiado a más de 73 naciones que en conjunto tendrían que haber pagado más de 12 mil millones de dólares entre mayo y diciembre de este año. Y prorrogar el pago de una cantidad mucho mayor en 2021, ya que muchas otras naciones se sumarán a este programa.

Otro enorme desafío que provocará en el corto y mediano plazo estallidos y desestabilizaciones políticas en las naciones emergentes y en desarrollo, es que la crisis del Covid y la recesión universal, dejarán sin trabajo a 187 millones de personas en todo el mundo, advierten la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En América Latina la pérdida de empleo arrollará a 47 millones de personas, y las ocupaciones informales no han servido de contención. En México perdieron el empleo en la economía formal casi millón 200 mil trabajadores, y en la informal 12 millones de personas.

Las expectativas del mercado laboral están atadas a una actividad económica que este año se desplomará 9.1 por ciento, y cuyo revés encarna una década perdida y pobreza extrema que llegará a 96 millones de personas en América Latina, así como la desaparición de 2 millones 700 empresas, de acuerdo a estadísticas de la CEPAL.

En México aumentará a 21 millones el número de mexicanos en pobreza extrema, agrega dicho organismo.

En la pospandemia las empresas contratarán menos empleados y les pagarán sueldos precarios hasta 30% más bajos ante la abundancia de mano de obra barata y tecnificada.

Esta abierto un proceso de progresiva automatización y robotización en las líneas de producción. La OIT advierte que el nivel de empleo que había en 2019 llevará al menos 8 años recuperarlo, pero para entonces decenas de millones de jóvenes ya se habrán incorporado a la población económicamente activa y a la competencia por una oportunidad de trabajo.

La mayor parte de los países de América Latina ya arrastraba el descontento de grandes núcleos sociales desde antes de la pandemia del covid 19. Si se empeora la situación económica y el desempleo lo que se avista es una oleada gigantesca de frustración social generadora de crisis políticas. Eso parece ser una bomba de tiempo. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

La crisis sanitaria mundial por el coronavirus ha obligado a la mayor parte de los gobiernos a recurrir a mayores niveles de endeudamiento y sobreendeudamiento para rescatar del naufragio a sus economías y planta de empleo, iniciativa que puede desatar, en el corto plazo, una explosiva crisis financiera internacional de peores consecuencias que la de 2009 al encimarse a la presente recesión económica, con la que lidiarán los países al menos hasta 2022.

El porcentaje de países de la Asociación Internacional de Fomento (AIF) en crisis de endeudamiento o en riesgo de sufrirla llegó al 50 % en julio de 2019. Antes del brote de COVID-19, la deuda ya había alcanzado niveles récord en las economías emergentes y en desarrollo.

El proceso de sobreendeudamiento de los países por la pandemia del coronavirus introduce a más del 50% de las naciones al riesgo de una crisis de endeudamiento y de desatar una crisis financiera al tener que declararse en moratoria de pagos gran número de estos. La deuda externa total de los países de ingreso medio y bajo aumentó un 5,3 % hasta alcanzar 7,8 billones de dólares en 2018, de acuerdo a las cifras del Banco Mundial.

Hay que repasar que un alto nivel de deuda pública en la mayoría de los países puede frenar la inversión privada nacional, incrementar las presiones fiscales para pagar el servicio anual de la deuda; reducir la inversión pública, como sucede en México aun cuando todavía tenga un amplio margen de endeudamiento; disminuir el gasto social, y limitar la capacidad gubernamental de implementar reformas.

Con el fin de evitar un estallido de moratoria de pagos que quebraría a la banca comercial, el Grupo de los Veinte (G20) ha impulsado entre los gobiernos y la banca comercial, la iniciativa de convenir la posposición de pagos del Servicio de la Deuda correspondientes a 2020 y extenderla hasta 2021, para que los gobiernos sumen esos recursos a atender la emergencia sanitaria y económica.

Estas medidas preventivas han beneficiado a más de 73 naciones que en conjunto tendrían que haber pagado más de 12 mil millones de dólares entre mayo y diciembre de este año. Y prorrogar el pago de una cantidad mucho mayor en 2021, ya que muchas otras naciones se sumarán a este programa.

Otro enorme desafío que provocará en el corto y mediano plazo estallidos y desestabilizaciones políticas en las naciones emergentes y en desarrollo, es que la crisis del Covid y la recesión universal, dejarán sin trabajo a 187 millones de personas en todo el mundo, advierten la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En América Latina la pérdida de empleo arrollará a 47 millones de personas, y las ocupaciones informales no han servido de contención. En México perdieron el empleo en la economía formal casi millón 200 mil trabajadores, y en la informal 12 millones de personas.

Las expectativas del mercado laboral están atadas a una actividad económica que este año se desplomará 9.1 por ciento, y cuyo revés encarna una década perdida y pobreza extrema que llegará a 96 millones de personas en América Latina, así como la desaparición de 2 millones 700 empresas, de acuerdo a estadísticas de la CEPAL.

En México aumentará a 21 millones el número de mexicanos en pobreza extrema, agrega dicho organismo.

En la pospandemia las empresas contratarán menos empleados y les pagarán sueldos precarios hasta 30% más bajos ante la abundancia de mano de obra barata y tecnificada.

Esta abierto un proceso de progresiva automatización y robotización en las líneas de producción. La OIT advierte que el nivel de empleo que había en 2019 llevará al menos 8 años recuperarlo, pero para entonces decenas de millones de jóvenes ya se habrán incorporado a la población económicamente activa y a la competencia por una oportunidad de trabajo.

La mayor parte de los países de América Latina ya arrastraba el descontento de grandes núcleos sociales desde antes de la pandemia del covid 19. Si se empeora la situación económica y el desempleo lo que se avista es una oleada gigantesca de frustración social generadora de crisis políticas. Eso parece ser una bomba de tiempo. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.