/ sábado 12 de diciembre de 2020

Los retos del Estado Mexicano

Uno de los temas de mayor preocupación ciudadanía, es resolver el imperio permanente de la impunidad y la injusticia; claro que, para lograrlo, el Estado Mexicano debe destinar mayores recursos a la investigación, el desarrollo tecnológico, la capacitación y coordinación para enfrentar inseguridad, delincuencia y crimen organizado; solo de esta manera, la 4ta transformación podrá garantizar la seguridad en el menor tiempo posible.

Para ello, habrá que insistir en la evaluación, depuración y certificación de las corporaciones de seguridad pública, pues a pesar de las cifras que se dan a la opinión pública sobre el avance, esta situación poco ha representado un cambio sustancial en la integración de las corporaciones y en la percepción que la sociedad tiene de ellas.

Este cambio debe ser impulsado y sostenido por la sociedad, la cual tiene que involucrarse en los asuntos públicos, pues durante la pasada elección presidencial del año 2018, se logró colocar en la sociedad el concepto de cambiar a nuestro país. Se participó para dejar atrás la corrupción, la inseguridad y los graves problemas económicos; los cuales, a la fecha no solo no han disminuido, sino que por el contrario se han incrementado de manera alarmante.

Los indicadores económicos para México y el mundo elaborados por analistas de diver­sos organismos internacionales confirman la preocupante situación en el corto y me­diano plazo, si bien es cierto que la realidad económica condiciona márgenes de actuación de las políticas, también impone la necesidad de revisar y explorar alternativas, para hacerle frente a estos grandes desafíos.

Ante la actual situación, en nuestro país, la actividad económica se expande a niveles inferiores a su crecimiento potencial, ampliando su rezago respecto a las necesidades de una población que está inmersa en un profundo cambio demográfico y que mantiene niveles de pobreza y desigualdad.

Lamentablemente ante la pandemia por el covid-19 y ante el nulo apoyo a pequeños y medianos empresarios, así como a los negocios, veremos disminuir el valor de la economía mexicana; pues el desarrollo y evolución se construye con proyectos sólidos, como se muestra en economías similares y no solo desacreditando o polarizando día a día, desde el poder presidencial.

A su vez, el crédito privado, lejos de aumentar, se ha reducido al tiempo que se han eliminado instituciones de fomento agropecuario, creando un vacío institucional que no han podido llenar los programas y las nuevas instituciones creadas para apoyar al sector. El campo mexicano arrastra problemas y rezagos que se agravan por la crisis.

Decir la verdad a nuestros legisladores, gobernantes y funcionarios, resulta en la mayoría de los casos lamentable; solo desean escuchar logros y cualidades, constituyendo estas, una forma dañina de corrupción que impera en nuestro país.

Errores gubernamentales y la frivolidad han venido diluyendo los avances alcanzados, la inseguridad ha seguido dominando la esfera social; al igual que los problemas económicos a los que nos enfrentamos día a día los mexicanos, para mantener el empleo o los escasos ingresos que nos permiten sobrevivir.

Entre la población existe un desánimo generalizado, hartazgo ciudadano, frustración en los rostros y desazón por todas partes.

Al respecto estimado lector, cada uno de nosotros debemos reflexionar y emitir nuestro propio juicio, sobre la actual situación del país, al tiempo de cuestionarnos sobre cómo nos encontramos y como se encuentra el país, pues lamentablemente día a día seguimos siendo presa de todo tipo de delincuencia en nuestra persona y nuestros bienes.

Lo cierto es que el combate a la criminalidad y la violencia es el mayor reto, al tiempo que representa un déficit del Gobierno Federal y, su solución no solo radica en militarizar la seguridad pública y en el reparto de subsidios.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

Uno de los temas de mayor preocupación ciudadanía, es resolver el imperio permanente de la impunidad y la injusticia; claro que, para lograrlo, el Estado Mexicano debe destinar mayores recursos a la investigación, el desarrollo tecnológico, la capacitación y coordinación para enfrentar inseguridad, delincuencia y crimen organizado; solo de esta manera, la 4ta transformación podrá garantizar la seguridad en el menor tiempo posible.

Para ello, habrá que insistir en la evaluación, depuración y certificación de las corporaciones de seguridad pública, pues a pesar de las cifras que se dan a la opinión pública sobre el avance, esta situación poco ha representado un cambio sustancial en la integración de las corporaciones y en la percepción que la sociedad tiene de ellas.

Este cambio debe ser impulsado y sostenido por la sociedad, la cual tiene que involucrarse en los asuntos públicos, pues durante la pasada elección presidencial del año 2018, se logró colocar en la sociedad el concepto de cambiar a nuestro país. Se participó para dejar atrás la corrupción, la inseguridad y los graves problemas económicos; los cuales, a la fecha no solo no han disminuido, sino que por el contrario se han incrementado de manera alarmante.

Los indicadores económicos para México y el mundo elaborados por analistas de diver­sos organismos internacionales confirman la preocupante situación en el corto y me­diano plazo, si bien es cierto que la realidad económica condiciona márgenes de actuación de las políticas, también impone la necesidad de revisar y explorar alternativas, para hacerle frente a estos grandes desafíos.

Ante la actual situación, en nuestro país, la actividad económica se expande a niveles inferiores a su crecimiento potencial, ampliando su rezago respecto a las necesidades de una población que está inmersa en un profundo cambio demográfico y que mantiene niveles de pobreza y desigualdad.

Lamentablemente ante la pandemia por el covid-19 y ante el nulo apoyo a pequeños y medianos empresarios, así como a los negocios, veremos disminuir el valor de la economía mexicana; pues el desarrollo y evolución se construye con proyectos sólidos, como se muestra en economías similares y no solo desacreditando o polarizando día a día, desde el poder presidencial.

A su vez, el crédito privado, lejos de aumentar, se ha reducido al tiempo que se han eliminado instituciones de fomento agropecuario, creando un vacío institucional que no han podido llenar los programas y las nuevas instituciones creadas para apoyar al sector. El campo mexicano arrastra problemas y rezagos que se agravan por la crisis.

Decir la verdad a nuestros legisladores, gobernantes y funcionarios, resulta en la mayoría de los casos lamentable; solo desean escuchar logros y cualidades, constituyendo estas, una forma dañina de corrupción que impera en nuestro país.

Errores gubernamentales y la frivolidad han venido diluyendo los avances alcanzados, la inseguridad ha seguido dominando la esfera social; al igual que los problemas económicos a los que nos enfrentamos día a día los mexicanos, para mantener el empleo o los escasos ingresos que nos permiten sobrevivir.

Entre la población existe un desánimo generalizado, hartazgo ciudadano, frustración en los rostros y desazón por todas partes.

Al respecto estimado lector, cada uno de nosotros debemos reflexionar y emitir nuestro propio juicio, sobre la actual situación del país, al tiempo de cuestionarnos sobre cómo nos encontramos y como se encuentra el país, pues lamentablemente día a día seguimos siendo presa de todo tipo de delincuencia en nuestra persona y nuestros bienes.

Lo cierto es que el combate a la criminalidad y la violencia es el mayor reto, al tiempo que representa un déficit del Gobierno Federal y, su solución no solo radica en militarizar la seguridad pública y en el reparto de subsidios.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com