/ viernes 10 de julio de 2020

¿Se aplicará la responsabilidad bancaria?

El medio de alcanzar el bien y la felicidad es la virtud

Platón

Día a día vivimos un escenario de incertidumbre, donde violencia, e inseguridad, van al alza de manera alarmante; y, el deterioro económico incrementa el desempleo, situación que abonará la inconformidad en gran parte de la sociedad, siendo más notoria en la clase media, la desaceleración que la economía mexicana traía, se ha ensanchado ante la pandemia del covid-19.

Lo preocupante es que los efectos de la pandemia inciden de manera directa en la actividad económica, provocando su deterioro, al tiempo que limita las expectativas de crecimiento en el orden internacional y nacional.

Y considerando las actividades esenciales en México, sin duda, la más importante es la del cuidado y manejo de la salud y de sus servicios, así como también la dotación del abastecimiento alimentario, los servicios básicos como luz, agua, etc.

Para garantizar que estas actividades funcionen, se debe tener acceso a los recursos monetarios, al crédito para subsanar las deudas o para hacer frente a gastos no programados ante este escenario y, es ahí donde no solo en México sino en todo el mundo, la actividad bancaria es importante, ya que tener acceso al dinero es esencial para las transacciones económicas y para las personas.

El panorama se complica para los deudores, pues los refinanciamientos o reestructuras serán más frecuentes y consecuentemente, los plazos originalmente pactados se deberán de ampliar, por su parte, los bancos tendrán menores ingresos y en consecuencia disminuirá la demanda de crédito.

Ante esta situación, el Banco de México (Banxico), ha dado certidumbre, estableciendo medidas orientadas a proveer y mejorar el funcionamiento del mercado financiero, para evitar la volatilidad y la reducción de los depósitos de regulación monetaria (obligatorios) de las instituciones bancarias y un ajuste en las tasas de créditos entre bancos, en apoyo a las instituciones financieras locales.

Es importante destacar que el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero ha señalado que mantiene la suficiente liquidez para que los bancos apoyen en los momentos críticos que se avecinan a sus clientes y a las empresas para que la economía no se detenga.

El panorama no deja de ser complicado, los deudores, sin duda buscarán reestructurar, solicitando que los plazos se extiendan, los clientes tendrán que enfrentar cambios, al igual que los bancos que tendrán menores ingresos ante la menor demanda de crédito, pero hoy más que nunca queda clara la importancia y la fortaleza de las instituciones bancarias en México.

El Banxico, en fecha reciente destacó que "si bien aún se desconocen la magnitud y la duración de las afectaciones ocasionadas por la pandemia, se anticipa que estas se profundicen en el segundo trimestre y den lugar a contracciones importantes en el empleo”. Lo cual ha llevado a reducir significativamente sus tasas de interés y a implementar otras medidas extraordinarias.

Sin embargo y a pesar de ver la pronta reacción del Banxico fundamentalmente en la reducción a las tasas de interés, en general la banca en México no la ha traducido hacia sus clientes, pues sus reestructuras o nuevas formas de financiamiento y de créditos mantienen elevadas tasas, las cuales no corresponden a la medida y apoyo que el Banxico ha puesto en operación, para incentivar la reactivación económica.

Lo deseable es que la banca en el país, asuma esta importante responsabilidad por convicción, todo lo demás es secundario; pues aún y con una profunda reforma fiscal, la inversión pública necesitara de la inversión privada, para retomar el sendero del crecimiento de forma realista y no solo retórica.

La expectativa de un mejor país tiene que ir acompañado por la acción responsable de las instituciones privadas y financieras, así como de instituciones y organismos públicos en sus tres órdenes de gobierno.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

El medio de alcanzar el bien y la felicidad es la virtud

Platón

Día a día vivimos un escenario de incertidumbre, donde violencia, e inseguridad, van al alza de manera alarmante; y, el deterioro económico incrementa el desempleo, situación que abonará la inconformidad en gran parte de la sociedad, siendo más notoria en la clase media, la desaceleración que la economía mexicana traía, se ha ensanchado ante la pandemia del covid-19.

Lo preocupante es que los efectos de la pandemia inciden de manera directa en la actividad económica, provocando su deterioro, al tiempo que limita las expectativas de crecimiento en el orden internacional y nacional.

Y considerando las actividades esenciales en México, sin duda, la más importante es la del cuidado y manejo de la salud y de sus servicios, así como también la dotación del abastecimiento alimentario, los servicios básicos como luz, agua, etc.

Para garantizar que estas actividades funcionen, se debe tener acceso a los recursos monetarios, al crédito para subsanar las deudas o para hacer frente a gastos no programados ante este escenario y, es ahí donde no solo en México sino en todo el mundo, la actividad bancaria es importante, ya que tener acceso al dinero es esencial para las transacciones económicas y para las personas.

El panorama se complica para los deudores, pues los refinanciamientos o reestructuras serán más frecuentes y consecuentemente, los plazos originalmente pactados se deberán de ampliar, por su parte, los bancos tendrán menores ingresos y en consecuencia disminuirá la demanda de crédito.

Ante esta situación, el Banco de México (Banxico), ha dado certidumbre, estableciendo medidas orientadas a proveer y mejorar el funcionamiento del mercado financiero, para evitar la volatilidad y la reducción de los depósitos de regulación monetaria (obligatorios) de las instituciones bancarias y un ajuste en las tasas de créditos entre bancos, en apoyo a las instituciones financieras locales.

Es importante destacar que el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero ha señalado que mantiene la suficiente liquidez para que los bancos apoyen en los momentos críticos que se avecinan a sus clientes y a las empresas para que la economía no se detenga.

El panorama no deja de ser complicado, los deudores, sin duda buscarán reestructurar, solicitando que los plazos se extiendan, los clientes tendrán que enfrentar cambios, al igual que los bancos que tendrán menores ingresos ante la menor demanda de crédito, pero hoy más que nunca queda clara la importancia y la fortaleza de las instituciones bancarias en México.

El Banxico, en fecha reciente destacó que "si bien aún se desconocen la magnitud y la duración de las afectaciones ocasionadas por la pandemia, se anticipa que estas se profundicen en el segundo trimestre y den lugar a contracciones importantes en el empleo”. Lo cual ha llevado a reducir significativamente sus tasas de interés y a implementar otras medidas extraordinarias.

Sin embargo y a pesar de ver la pronta reacción del Banxico fundamentalmente en la reducción a las tasas de interés, en general la banca en México no la ha traducido hacia sus clientes, pues sus reestructuras o nuevas formas de financiamiento y de créditos mantienen elevadas tasas, las cuales no corresponden a la medida y apoyo que el Banxico ha puesto en operación, para incentivar la reactivación económica.

Lo deseable es que la banca en el país, asuma esta importante responsabilidad por convicción, todo lo demás es secundario; pues aún y con una profunda reforma fiscal, la inversión pública necesitara de la inversión privada, para retomar el sendero del crecimiento de forma realista y no solo retórica.

La expectativa de un mejor país tiene que ir acompañado por la acción responsable de las instituciones privadas y financieras, así como de instituciones y organismos públicos en sus tres órdenes de gobierno.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com