/ lunes 4 de octubre de 2021

Sin Prudencia | Lilia Cedillo, la nueva cara de la BUAP

En 14 minutos, la nueva rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), María Lilia Cedillo Ramírez delineó lo que ofrecerá hacia adentro y hacia afuera de su rectorado para el periodo que inició este 4 de octubre y que culminará en el 2025.

Sin estridencias y con tono bajo, la académica ofreció una nueva forma de relacionarse con el gobierno del estado, donde los señalamientos hacia el ahora exrector Alfonso Esparza por manejos poco claros han sido reiterativos por el gobernador Luis Miguel Barbosa.

Cedillo Ramírez aprovechó su primer discurso para exponer que su gestión será abierta al escrutinio social donde cada una de las adquisiciones cumplirán estricta y cabalmente con la normativa estatal y federal, pero subrayó que todo esto dentro del marco de la autonomía.

El tiempo dirá si las buenas intenciones del discurso se cristalizan en los hechos, pero el ofrecimiento es que habrá cuentas claras sobre el manejo de los recursos universitarios.

Como ya lo han externado ambas partes, con el cambio de rectorado se da un cerrojazo a la ríspida relación que existía entre el ejecutivo estatal y quien dejó la rectoría con un mensaje grabado sobre su último informe.

Pero regresando al discurso de Cedillo, y sobre lo que quiere proyectar hacia adentro, destaca su anuncio de que mantendrá la cátedra, lo que le quita de tajo ese halo de figura inalcanzable, de acceso burocrático y por el contario la muestra con los pies en la tierra y parte de esa comunidad que ahora encabeza.

Durante toda su campaña, la rectora planteó la necesidad de atender todos los casos que tengan que ver con violencia de género y discriminación dentro de la comunidad estudiantil por lo que fue tajante al reforzar que no se tolerarán esos actos.

Una tarea que deberá de encontrar los mecanismos para que se actúe con justicia frente señalamientos fundamentados o malintencionados en una comunidad tan amplia, cercana a los 130 mil universitarios.

Aunque Lilia Cedillo habló de una consulta interna para conocer las opiniones y necesidades que sirvan para construir un plan de desarrollo como eje de su rectorado y que deberá estar listo para los primeros 100 días de su periodo, tal parece que tiene claras tres cosas: que el servicio en el Hospital Universitario tiene carencias, que hay trámites engorrosos y la existencia de “mediadores” que no tendrán cabida.

“Ya no será necesaria la cercanía, ni la mediación de algunas figuras que en el pasado eran a través de quienes se hacían este tipo de gestiones, vamos a alentar nuevos liderazgos en lo estudiantil y lo académico, que seguramente van a contribuir a la gobernanza de nuestra institución”, comentó sobre este último aspecto.

Hasta la próxima.

En 14 minutos, la nueva rectora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), María Lilia Cedillo Ramírez delineó lo que ofrecerá hacia adentro y hacia afuera de su rectorado para el periodo que inició este 4 de octubre y que culminará en el 2025.

Sin estridencias y con tono bajo, la académica ofreció una nueva forma de relacionarse con el gobierno del estado, donde los señalamientos hacia el ahora exrector Alfonso Esparza por manejos poco claros han sido reiterativos por el gobernador Luis Miguel Barbosa.

Cedillo Ramírez aprovechó su primer discurso para exponer que su gestión será abierta al escrutinio social donde cada una de las adquisiciones cumplirán estricta y cabalmente con la normativa estatal y federal, pero subrayó que todo esto dentro del marco de la autonomía.

El tiempo dirá si las buenas intenciones del discurso se cristalizan en los hechos, pero el ofrecimiento es que habrá cuentas claras sobre el manejo de los recursos universitarios.

Como ya lo han externado ambas partes, con el cambio de rectorado se da un cerrojazo a la ríspida relación que existía entre el ejecutivo estatal y quien dejó la rectoría con un mensaje grabado sobre su último informe.

Pero regresando al discurso de Cedillo, y sobre lo que quiere proyectar hacia adentro, destaca su anuncio de que mantendrá la cátedra, lo que le quita de tajo ese halo de figura inalcanzable, de acceso burocrático y por el contario la muestra con los pies en la tierra y parte de esa comunidad que ahora encabeza.

Durante toda su campaña, la rectora planteó la necesidad de atender todos los casos que tengan que ver con violencia de género y discriminación dentro de la comunidad estudiantil por lo que fue tajante al reforzar que no se tolerarán esos actos.

Una tarea que deberá de encontrar los mecanismos para que se actúe con justicia frente señalamientos fundamentados o malintencionados en una comunidad tan amplia, cercana a los 130 mil universitarios.

Aunque Lilia Cedillo habló de una consulta interna para conocer las opiniones y necesidades que sirvan para construir un plan de desarrollo como eje de su rectorado y que deberá estar listo para los primeros 100 días de su periodo, tal parece que tiene claras tres cosas: que el servicio en el Hospital Universitario tiene carencias, que hay trámites engorrosos y la existencia de “mediadores” que no tendrán cabida.

“Ya no será necesaria la cercanía, ni la mediación de algunas figuras que en el pasado eran a través de quienes se hacían este tipo de gestiones, vamos a alentar nuevos liderazgos en lo estudiantil y lo académico, que seguramente van a contribuir a la gobernanza de nuestra institución”, comentó sobre este último aspecto.

Hasta la próxima.