/ lunes 17 de febrero de 2020

Ventajas y desventajas del T.MEC para el sector automotriz mexicano

Poco se ha hablado de las ventajas y desventajas comerciales que traerá a la industria automotriz mexicana la próxima entrada en vigor del T.MEC entre México, Estados Unidos y Canadá. Hay analistas que estiman que la industria del ramo mexicana perderá una fuerte competitividad en el mercado de Estados Unidos a donde exporta el 80% de sus vehículos cada año, ya que el 40% del contenido de cada automóvil o camioneta deberá fabricarse utilizando mano de obra pagada de 16 dólares o más por hora, y para camionetas Pick-up la cifra es de 45%, lo cual elevará sustancialmente sus costos de producción. En caso de incumplimiento de estas reglas, Donald Trump tiene el derecho de aplicarle a las empresas un arancel punitivo de 25%

Por otra parte, el 75% de los automotores debe ser regional, es decir producido en México, Estados Unidos y Canadá. No hay que olvidar que en ese sentido el gobierno mexicano y la industria del ramo no han hecho lo necesario para darle un mayor contenido de integración a al sector automotriz que prácticamente se ha convertido en una gigantesca ensambladora encargada de importar gran parte de sus autopartes.

Hay empresas, como Volkswagen, que importan buena parte de sus autoparte de Alemania y otras filiales latinoamericanas. El T-Mec los obligará a una mayor integración nacional, a importar autopartes de Estados Unidos y Canadá; o construir nuevas plantas en México, Estados Unidos y Canadá, para cumplir con las nuevas reglas del T-Mec. Lo mismo le sucederá a las plantas niponas, chinas, coreanas, europeas y norteamericanas que importan una parte de sus componentes para la fabricación de sus autos.

Mucho se ha dicho que Donald Trump hizo el T-Mec a la medida de los intereses y necesidades de Estados Unidos, con la intención de que las inversiones automotrices regresen al mercado norteamericano a crear empleo. Algunos analistas pronostican que a la industria automotriz nacional no le irá muy bien con el T.Mec e incluso sus metas de largo plazo de producir 5 millones de automóviles por año para el 2024 tendrán que posponerse, igual que sus proyectos de ser la cuarta potencia mundial en fabricación de autos, al paso que llevaba dentro del TLCAN, un verdadero tratado de libre comercio que Donald Trump abominaba y terminó destruyendo.

Esa es la macrovisión del impacto negativo que traerá el T-Mec a la industria automotriz nacional. Sin embargo otra historia de beneficios es la que anuncia para su sector de autopartes. La entrada en vigor de las reglas de origen que conlleva el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) tendrá como primer beneficiaria a la industria mexicana, que estima inversiones hasta por 13 mil millones de dólares en los próximos dos años, la inversión más cuantiosa que anuncia la próxima llegada del T-Mec.

Alberto Bustamante, director de Comercio Exterior y Normalización de la Industria Nacional de Autopartes, aseguró que el sector estima ganancias por 102 mil millones de dólares y una inversión de 5 mil millones para 2020. Para el 2021 la cifra es la de proveer al mercado de América del Norte de autopartes por un valor de 105 mil millones de dólares y efectuar nuevas inversiones que oscilarían entre 6 y 8 mil millones de dólares.

La Industria del ramo efectuará en conjunto la más cuantiosa reinversión en sus activos productivos fijos ´de los últimos 5 años por un monto mínimo de 11 mil millones de dólares y un máximo de 13 mil millones en un periodo de dos años, y desde luego se crearán nuevas fuentes de empleo.

Como se verá, el T-Mec plantea enormes desventajas para el sector automotriz nacional, y por el otro, le traerá atractivas ventajas. Por eso habrá que dejar correr uno o dos años de intercambios comerciales para entonces contar con toda la información necesaria, producto de la balanza comercial anual automotriz, y entonces determinar qué tan bueno y ventajoso, o que tan malo y desventajoso resultó el T_Mec impuesto autoritariamente por Donald Trump a la industria automotriz nacional.

Respecto a la crisis por la caída de las ventas de automóviles en el mercado nacional durante los últimos cinco años, no es un problema que ponga en riesgo la estabilidad de éste renglón productivo, ya que las ventas en el mercado mexicano representan apenas el 20% de la producción total de automóviles; y la caída en las ventas representa unos miles de vehículos por año, lo que quiere decir que si hay crisis en la comercialización de autos, pero de ninguna manera hay crisis en la industria automovilística. Más bien se trata de una campaña de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automovilistas para presionar el gobierno de López Obrador a que ordene la suspensión de la entrada al país de automóviles chatarra, provenientes de Estados Unidos. NOS ESCUCHAMOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.


Poco se ha hablado de las ventajas y desventajas comerciales que traerá a la industria automotriz mexicana la próxima entrada en vigor del T.MEC entre México, Estados Unidos y Canadá. Hay analistas que estiman que la industria del ramo mexicana perderá una fuerte competitividad en el mercado de Estados Unidos a donde exporta el 80% de sus vehículos cada año, ya que el 40% del contenido de cada automóvil o camioneta deberá fabricarse utilizando mano de obra pagada de 16 dólares o más por hora, y para camionetas Pick-up la cifra es de 45%, lo cual elevará sustancialmente sus costos de producción. En caso de incumplimiento de estas reglas, Donald Trump tiene el derecho de aplicarle a las empresas un arancel punitivo de 25%

Por otra parte, el 75% de los automotores debe ser regional, es decir producido en México, Estados Unidos y Canadá. No hay que olvidar que en ese sentido el gobierno mexicano y la industria del ramo no han hecho lo necesario para darle un mayor contenido de integración a al sector automotriz que prácticamente se ha convertido en una gigantesca ensambladora encargada de importar gran parte de sus autopartes.

Hay empresas, como Volkswagen, que importan buena parte de sus autoparte de Alemania y otras filiales latinoamericanas. El T-Mec los obligará a una mayor integración nacional, a importar autopartes de Estados Unidos y Canadá; o construir nuevas plantas en México, Estados Unidos y Canadá, para cumplir con las nuevas reglas del T-Mec. Lo mismo le sucederá a las plantas niponas, chinas, coreanas, europeas y norteamericanas que importan una parte de sus componentes para la fabricación de sus autos.

Mucho se ha dicho que Donald Trump hizo el T-Mec a la medida de los intereses y necesidades de Estados Unidos, con la intención de que las inversiones automotrices regresen al mercado norteamericano a crear empleo. Algunos analistas pronostican que a la industria automotriz nacional no le irá muy bien con el T.Mec e incluso sus metas de largo plazo de producir 5 millones de automóviles por año para el 2024 tendrán que posponerse, igual que sus proyectos de ser la cuarta potencia mundial en fabricación de autos, al paso que llevaba dentro del TLCAN, un verdadero tratado de libre comercio que Donald Trump abominaba y terminó destruyendo.

Esa es la macrovisión del impacto negativo que traerá el T-Mec a la industria automotriz nacional. Sin embargo otra historia de beneficios es la que anuncia para su sector de autopartes. La entrada en vigor de las reglas de origen que conlleva el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) tendrá como primer beneficiaria a la industria mexicana, que estima inversiones hasta por 13 mil millones de dólares en los próximos dos años, la inversión más cuantiosa que anuncia la próxima llegada del T-Mec.

Alberto Bustamante, director de Comercio Exterior y Normalización de la Industria Nacional de Autopartes, aseguró que el sector estima ganancias por 102 mil millones de dólares y una inversión de 5 mil millones para 2020. Para el 2021 la cifra es la de proveer al mercado de América del Norte de autopartes por un valor de 105 mil millones de dólares y efectuar nuevas inversiones que oscilarían entre 6 y 8 mil millones de dólares.

La Industria del ramo efectuará en conjunto la más cuantiosa reinversión en sus activos productivos fijos ´de los últimos 5 años por un monto mínimo de 11 mil millones de dólares y un máximo de 13 mil millones en un periodo de dos años, y desde luego se crearán nuevas fuentes de empleo.

Como se verá, el T-Mec plantea enormes desventajas para el sector automotriz nacional, y por el otro, le traerá atractivas ventajas. Por eso habrá que dejar correr uno o dos años de intercambios comerciales para entonces contar con toda la información necesaria, producto de la balanza comercial anual automotriz, y entonces determinar qué tan bueno y ventajoso, o que tan malo y desventajoso resultó el T_Mec impuesto autoritariamente por Donald Trump a la industria automotriz nacional.

Respecto a la crisis por la caída de las ventas de automóviles en el mercado nacional durante los últimos cinco años, no es un problema que ponga en riesgo la estabilidad de éste renglón productivo, ya que las ventas en el mercado mexicano representan apenas el 20% de la producción total de automóviles; y la caída en las ventas representa unos miles de vehículos por año, lo que quiere decir que si hay crisis en la comercialización de autos, pero de ninguna manera hay crisis en la industria automovilística. Más bien se trata de una campaña de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automovilistas para presionar el gobierno de López Obrador a que ordene la suspensión de la entrada al país de automóviles chatarra, provenientes de Estados Unidos. NOS ESCUCHAMOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.