/ lunes 8 de abril de 2019

El barbosismo sustituirá al morenovallismo           

Luis Miguel Barbosa dice “yo soy el candidato más conocido”, y afirma que el movimiento político que estoy creando será un verdadero arcoíris”. Luis Miguel es el candidato más conocido porque tiene dos años completos de andar en campaña política en los 217 municipios del Estado. La que ha iniciado es la segunda campaña que realiza por la gubernatura.

Pero el principal distintivo que llama fuertemente la atención entre la clase política de todos los partidos es que es candidato de Morena. Morena es hoy por hoy un verdadero tsunami político electoral que tiene como líder moral a Andrés Manuel López Obrador, y por eso es que gente de todos los partidos se está pasando a las filas de Morena y de su candidato a la gubernatura.

Nadie duda que Morena será el partido ganador de la gubernatura del Estado en las elecciones del 2 de junio. Y nadie duda que el barbosismo en el Estado sustituirá y borrará del mapa político al morenovallismo, un movimiento político que gobernó 8 años a la entidad y tuvo la habilidad y sagacidad de integrar a las más disímbolas fuerzas y partidos políticos en el Estado. De hecho ya habría sucedido así, si no se hubiera dado el escandaloso fraude electoral que llevó a Martha Erika Alonso a la primera magistratura. Sin embargo, lo que se iba a dar ahora, se dará el 2 de junio.

A Luis Miguel Barbosa le corresponde encabezar un movimiento con una base popular muy amplia y plural. Lo único que ha hecho Barbosa es abrir las puertas de su movimiento para darle paso, darle entrada y congregar a las más diversas fuerzas políticas del PRI, del PAN del PRD, del PES, de Movimiento Ciudadano, del Verde Ecologista y a las propias de Morena, el partido que llenó el recinto ferial con más de 10 mil personas en el arranque de su campaña, en tanto el PAN, trabajosamente congregó a doscientas personas con Enrique Cárdenas Sánchez como candidato; y el PRI reunió escasamente a unos centenares, con Alberto Jiménez Merino a la cabeza.

Lo que es y será un hecho muy palpable en estas campañas políticas es la escasa base social, el exiguo apoyo popular que tendrán en sus mítines los candidatos del PAN y del PRI, frente a la espectacularidad masiva que logra en sus acciones de campaña Luis Miguel Barbosa.

Cuando operaba el morenovallismo había mucha mayor participación popular en las campañas de sus candidatos, igual que en el caso de Morena, la lucha y la competencia era más pareja. Muerto el morenovallismo se le acabó el músculo político al Partido Acción Nacional, perdió su capacidad de movilización; perdió el gobierno, perdió el manejo de los recursos presupuestales, perdió su capacidad de movilización de contingentes, lo cual queda demostrado en los actos de campaña de Enrique Cárdenas Sánchez, quien es la primera campaña que realiza, ya que su principal ocupación es la academia, no la política.

En el caso del PRI, ahora que perdió la sucesión presidencial y que tiene 8 años de estar fuera de la gubernatura, también le fueron amputados sus brazos de convocatoria, acarreo y movilización de masas; ya no tiene padrones mediante los cuales movilizar a sus cuadros, y carece de cuadros políticos de movilización de masas, ya que los que tenía se han ido desintegrando, se han ido disolviendo por falta de recursos económicos; sus bases ya no sienten compromiso, como cuando recibían canonjías y prebendas que los estimulaban.

Por eso Alberto Jiménez Merino, su candidato a la gubernatura, carecerá de movimiento de masas en sus mítines y manifestaciones de campaña, aunque no del todo ni en todo el Estado, ya que Jiménez ha sido Secretario de Desarrollo Agropecuario en dos sexenios; delegado de la Secretaría de Agricultura, y Delegado de CONAGUA, fue diputado federal, ha hecho muy buen papel en todos esos cargos que le dan sustento social y reconocimiento popular, es un hombre que haría muy buen papel como gobernador, si no perteneciera a un partido que tiene actualmente perdido todo en el Estado y en la Federación; un partido en reconstrucción.

Las encuestas que se han publicado, tanto locales como nacionales le dan una amplia ventaja de tres a uno al candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa, sobre el panista Enrique Cárdenas, y de 6 a 1, sobre Jiménez Merino. Es un inminente ganador de los comicios, aunque una buena parte de los analistas no le atribuyen tanto su probable triunfo a su carisma político, sino a la fuerza electoral arrolladora de Morena y de Andrés Manuel López Obrador, el líder de este movimiento. Los principales adversarios de Luis Miguel no son los electores del PAN y del PRI, son sus formidables enemigos políticos de dentro y fuera de su partido, que están dispuestos a achacarle abrazos con Martha Erika Alonso en una fotografía, en la que abraza a una mujer que está completamente de espalda para acusarlo de traición… ESCÚCHANOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

Luis Miguel Barbosa dice “yo soy el candidato más conocido”, y afirma que el movimiento político que estoy creando será un verdadero arcoíris”. Luis Miguel es el candidato más conocido porque tiene dos años completos de andar en campaña política en los 217 municipios del Estado. La que ha iniciado es la segunda campaña que realiza por la gubernatura.

Pero el principal distintivo que llama fuertemente la atención entre la clase política de todos los partidos es que es candidato de Morena. Morena es hoy por hoy un verdadero tsunami político electoral que tiene como líder moral a Andrés Manuel López Obrador, y por eso es que gente de todos los partidos se está pasando a las filas de Morena y de su candidato a la gubernatura.

Nadie duda que Morena será el partido ganador de la gubernatura del Estado en las elecciones del 2 de junio. Y nadie duda que el barbosismo en el Estado sustituirá y borrará del mapa político al morenovallismo, un movimiento político que gobernó 8 años a la entidad y tuvo la habilidad y sagacidad de integrar a las más disímbolas fuerzas y partidos políticos en el Estado. De hecho ya habría sucedido así, si no se hubiera dado el escandaloso fraude electoral que llevó a Martha Erika Alonso a la primera magistratura. Sin embargo, lo que se iba a dar ahora, se dará el 2 de junio.

A Luis Miguel Barbosa le corresponde encabezar un movimiento con una base popular muy amplia y plural. Lo único que ha hecho Barbosa es abrir las puertas de su movimiento para darle paso, darle entrada y congregar a las más diversas fuerzas políticas del PRI, del PAN del PRD, del PES, de Movimiento Ciudadano, del Verde Ecologista y a las propias de Morena, el partido que llenó el recinto ferial con más de 10 mil personas en el arranque de su campaña, en tanto el PAN, trabajosamente congregó a doscientas personas con Enrique Cárdenas Sánchez como candidato; y el PRI reunió escasamente a unos centenares, con Alberto Jiménez Merino a la cabeza.

Lo que es y será un hecho muy palpable en estas campañas políticas es la escasa base social, el exiguo apoyo popular que tendrán en sus mítines los candidatos del PAN y del PRI, frente a la espectacularidad masiva que logra en sus acciones de campaña Luis Miguel Barbosa.

Cuando operaba el morenovallismo había mucha mayor participación popular en las campañas de sus candidatos, igual que en el caso de Morena, la lucha y la competencia era más pareja. Muerto el morenovallismo se le acabó el músculo político al Partido Acción Nacional, perdió su capacidad de movilización; perdió el gobierno, perdió el manejo de los recursos presupuestales, perdió su capacidad de movilización de contingentes, lo cual queda demostrado en los actos de campaña de Enrique Cárdenas Sánchez, quien es la primera campaña que realiza, ya que su principal ocupación es la academia, no la política.

En el caso del PRI, ahora que perdió la sucesión presidencial y que tiene 8 años de estar fuera de la gubernatura, también le fueron amputados sus brazos de convocatoria, acarreo y movilización de masas; ya no tiene padrones mediante los cuales movilizar a sus cuadros, y carece de cuadros políticos de movilización de masas, ya que los que tenía se han ido desintegrando, se han ido disolviendo por falta de recursos económicos; sus bases ya no sienten compromiso, como cuando recibían canonjías y prebendas que los estimulaban.

Por eso Alberto Jiménez Merino, su candidato a la gubernatura, carecerá de movimiento de masas en sus mítines y manifestaciones de campaña, aunque no del todo ni en todo el Estado, ya que Jiménez ha sido Secretario de Desarrollo Agropecuario en dos sexenios; delegado de la Secretaría de Agricultura, y Delegado de CONAGUA, fue diputado federal, ha hecho muy buen papel en todos esos cargos que le dan sustento social y reconocimiento popular, es un hombre que haría muy buen papel como gobernador, si no perteneciera a un partido que tiene actualmente perdido todo en el Estado y en la Federación; un partido en reconstrucción.

Las encuestas que se han publicado, tanto locales como nacionales le dan una amplia ventaja de tres a uno al candidato de Morena, Luis Miguel Barbosa, sobre el panista Enrique Cárdenas, y de 6 a 1, sobre Jiménez Merino. Es un inminente ganador de los comicios, aunque una buena parte de los analistas no le atribuyen tanto su probable triunfo a su carisma político, sino a la fuerza electoral arrolladora de Morena y de Andrés Manuel López Obrador, el líder de este movimiento. Los principales adversarios de Luis Miguel no son los electores del PAN y del PRI, son sus formidables enemigos políticos de dentro y fuera de su partido, que están dispuestos a achacarle abrazos con Martha Erika Alonso en una fotografía, en la que abraza a una mujer que está completamente de espalda para acusarlo de traición… ESCÚCHANOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.