/ lunes 8 de febrero de 2021

El fracaso educativo estaba previsto





Los gobiernos federal y de 32 estados no han dicho ni aceptan, incluso algunos por distraer la atención pública echan la culpa a los padres de familia, es que el colapsamiento del sistema educativo, a causa de la crisis sanitaria y económica, era un riesgo previsto dentro del imperativo oficial de cambiarlo: de presencial, en escuelas y aulas, entre maestro y alumnos, a otro improvisado sistema de enseñanza-aprendizaje virtual, a distancia, en que no hay contacto personal, dialogo ni retroalimentación entre el que enseña y los que aprenden.

Sistema que se practica a través de los televisores y las computadoras, vía internet, cuando se sabía y ahora se corrobora por el Censo Nacional de Población y Vivienda que sólo 4 de cada 10 hogares en el país cuentan con este servicio telefónico. Las autoridades federales y estatales sabían esto así que no esperaron ni esperan los mejores resultados.

La ausencia de internet en 60% de los hogares revela el enorme fracaso y egoísmo utilitarista de las empresas telefónicas privadas nacionales y extranjeras que se niegan a invertir, a extender el servicio en zonas periféricas de centros urbanos y áreas rurales porque no les resultan rentables. El interés de las empresas ha prevalecido sobre el interés social. Los gobiernos neoliberales solaparon a las telefónicas.

El otro problema estructural es que sólo 4 de cada 10 hogares cuentan con computadora, la gran mayoría de las familias no tienen un computador. El presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene el compromiso de que al final de su sexenio el 100% de los mexicanos cuenten con este servicio tan necesario para el crecimiento y desarrollo de más de 30 millones de educandos. Sin embargo, para entonces millones de hogares seguirán sin computadora.

Desde que se pusieron en práctica las nuevas teorías y metodologías pedagógicas y didácticas, totalmente desconocidas para dos millones doscientos mil maestros del país, y treinta millones de educandos del preescolar, primaria, secundaria y preparatoria, el presidente y gobernadores sabían que era un proyecto experimental, emergente, improvisado ante el cierre de escuelas por la pandemia.

La idea, el propósito gubernamental fue que por mucho que se perdiera, era mucho más importante salvar el año escolar, salvar el sistema educativo. No haber hecho el cambio hubiera significado perder los años escolares 2019-2020 y 2020-2021. Esto se improvisó en México y se improvisó en todos los países del mundo atacados, acicateados por la pandemia del coronavirus. Nadie estaba preparado para una contingencia global como la que estamos padeciendo.

No hubo tiempo ni medios para capacitar a los maestros en la enseñanza, revisión de tareas, cómo interactuar con los alumnos. Ni los alumnos estaban capacitados para aprender a distancia, viendo en el televisor o computadora un sistema audio visual de enseñanza preparado de la noche a la mañana.

Los primeros daños están a la vista: tres millones de escolares desertaron, el 10% de la población escolar nacional. El promedio histórico de deserción era de medio millón de alumnos. La mayor deserción se daba de secundaria a preparatoria, y de ésta a licenciatura. Ahora la educación básica fue igualmente afectada. En la educación superior hubo 380 mil deserciones.

Otra falla estructural del sistema virtual de enseñanza, es que 12 millones de alumnos, 40% de educación básica, no enviaron tareas a sus maestros. Ni los maestros saben cómo evaluar y calificar el aprovechamiento de los educandos. Por eso en el ciclo escolar 2019-20 la orden a los maestros fue que aprobaran a todos los alumnos.

Prestigiados investigadores como el maestro Alejandro García Limón de la Escuela de Filosofía y Letras de la BUAP, sostienen que en el nuevo sistema virtual los alumnos sólo aprenden entre 20 y 30% de lo que se les enseña en el televisor. La UNAM hizo investigaciones con grupos de estudiantes de educación superior que afirmaron es muy poco lo que se puede aprender en el sistema de enseñanza-aprendizaje virtual. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.



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Los gobiernos federal y de 32 estados no han dicho ni aceptan, incluso algunos por distraer la atención pública echan la culpa a los padres de familia, es que el colapsamiento del sistema educativo, a causa de la crisis sanitaria y económica, era un riesgo previsto dentro del imperativo oficial de cambiarlo: de presencial, en escuelas y aulas, entre maestro y alumnos, a otro improvisado sistema de enseñanza-aprendizaje virtual, a distancia, en que no hay contacto personal, dialogo ni retroalimentación entre el que enseña y los que aprenden.

Sistema que se practica a través de los televisores y las computadoras, vía internet, cuando se sabía y ahora se corrobora por el Censo Nacional de Población y Vivienda que sólo 4 de cada 10 hogares en el país cuentan con este servicio telefónico. Las autoridades federales y estatales sabían esto así que no esperaron ni esperan los mejores resultados.

La ausencia de internet en 60% de los hogares revela el enorme fracaso y egoísmo utilitarista de las empresas telefónicas privadas nacionales y extranjeras que se niegan a invertir, a extender el servicio en zonas periféricas de centros urbanos y áreas rurales porque no les resultan rentables. El interés de las empresas ha prevalecido sobre el interés social. Los gobiernos neoliberales solaparon a las telefónicas.

El otro problema estructural es que sólo 4 de cada 10 hogares cuentan con computadora, la gran mayoría de las familias no tienen un computador. El presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene el compromiso de que al final de su sexenio el 100% de los mexicanos cuenten con este servicio tan necesario para el crecimiento y desarrollo de más de 30 millones de educandos. Sin embargo, para entonces millones de hogares seguirán sin computadora.

Desde que se pusieron en práctica las nuevas teorías y metodologías pedagógicas y didácticas, totalmente desconocidas para dos millones doscientos mil maestros del país, y treinta millones de educandos del preescolar, primaria, secundaria y preparatoria, el presidente y gobernadores sabían que era un proyecto experimental, emergente, improvisado ante el cierre de escuelas por la pandemia.

La idea, el propósito gubernamental fue que por mucho que se perdiera, era mucho más importante salvar el año escolar, salvar el sistema educativo. No haber hecho el cambio hubiera significado perder los años escolares 2019-2020 y 2020-2021. Esto se improvisó en México y se improvisó en todos los países del mundo atacados, acicateados por la pandemia del coronavirus. Nadie estaba preparado para una contingencia global como la que estamos padeciendo.

No hubo tiempo ni medios para capacitar a los maestros en la enseñanza, revisión de tareas, cómo interactuar con los alumnos. Ni los alumnos estaban capacitados para aprender a distancia, viendo en el televisor o computadora un sistema audio visual de enseñanza preparado de la noche a la mañana.

Los primeros daños están a la vista: tres millones de escolares desertaron, el 10% de la población escolar nacional. El promedio histórico de deserción era de medio millón de alumnos. La mayor deserción se daba de secundaria a preparatoria, y de ésta a licenciatura. Ahora la educación básica fue igualmente afectada. En la educación superior hubo 380 mil deserciones.

Otra falla estructural del sistema virtual de enseñanza, es que 12 millones de alumnos, 40% de educación básica, no enviaron tareas a sus maestros. Ni los maestros saben cómo evaluar y calificar el aprovechamiento de los educandos. Por eso en el ciclo escolar 2019-20 la orden a los maestros fue que aprobaran a todos los alumnos.

Prestigiados investigadores como el maestro Alejandro García Limón de la Escuela de Filosofía y Letras de la BUAP, sostienen que en el nuevo sistema virtual los alumnos sólo aprenden entre 20 y 30% de lo que se les enseña en el televisor. La UNAM hizo investigaciones con grupos de estudiantes de educación superior que afirmaron es muy poco lo que se puede aprender en el sistema de enseñanza-aprendizaje virtual. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.



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