/ sábado 7 de marzo de 2020

La delgada línea entre caballerosidad y machismo

En el marco del Día Internacional de la Mujer y bajo el contexto violento en el que vivimos, considero prudente el definir algunas actitudes que son parte de la dinámica social, las cuales pueden resultar contradictorias y agudizan el problema.


Mañana no pienso felicitar a mujer alguna porque la situación actual no es para celebrar; no utilizo el lenguaje inclusivo porque es una desvirtuación lingüística; y no pinto ni daño inmuebles públicos porque eso no soluciona nada, mejor he ofrecido gratuitamente mis servicios como abogado a toda fémina que se sienta en riesgo, además de ser respetuoso de las mujeres en todo sentido, con eso considero que aporto mi grano de arena al intento de solucionar los problemas.

Pues bien, vayamos al tema de nuestra editorial: la caballerosidad es un conjunto de actitudes y modales que un varón debe seguir, con base en diversos cánones, hacía los demás, especialmente para con las damas.

Esto incluye abrir la puerta, dar el asiento, pagar cuentas o prestar el abrigo, acciones todas que a muchos se nos enseñaron como normales. Ahora bien, vayamos a la problemática actual y veamos la enorme crítica que hay a lo que se denomina el patriarcado, bajo algunas concepciones feministas, en el entendido que no hay un solo feminismo. Lo que sí existe son un conjunto de teorías que se conocen como feminismos, los cuales tienen diferencias y semejanzas entre sí.

Dentro de las críticas que existen a las conductas de un macho, nos encontramos con la inconformidad que algunas manifiestan en el sentido de que son tratadas como seres inferiores, tanto en el sentido intelectual como físico, por lo cual requieren que un hombre pueda ayudarlas. Esto es válido y parte de una equidad en cuanto a la capacidad que tiene cada uno de los géneros, sin embargo, el pedir que un varón pague una cuenta o abra una puerta puede significar la aceptación de la inferioridad mencionada.

En nuestra concepción latinoamericana estamos acostumbrados a dar el asiento en el bus, pero en Europa esto no sucede y ahí no tienen la enorme cantidad de feminicidios y violencia a la mujer como la que lamentablemente hay aquí. Recuerdo una vez que iba en el metro de París, estaba en uno de los vagones junto con mi familia, cuando una dama de unos 25 años le cedió un asiento a mi septuagenario padre, quien iba notoriamente cansado después de un día de tour, situación que me pareció muy plausible.

Indudablemente la galantería y el romanticismo son elementos muy emotivos, pero que han sido realizados mayormente por los varones, limitando a las damas respecto a su derecho de flirtear por los prejuicios existentes. Este monopolio del “ligue” se podría considerar algo machista, sin embargo y con las disposiciones legales actuales, muchos hombres se tendrán que contener y no podrán manifestar sus sentimientos, claro que estamos hablando de quienes actúan bajo un total respeto, no a los vulgares acosadores. Hablando de esto, también tenemos que hacer mención de la doble moral que existe en una parte féminas, quienes llaman de diferente modo una misma acción: acoso cuando se trata de alguien pobre y/o feo; y galantería o coqueteo cuando hablamos de un tipo guapo y/o rico.

Lamentablemente en este conjunto de contradicciones nos encontramos con una situación riesgosa para la mujer, en donde lo más preocupante es la violencia y muerte para ellas, además de que también puede desaparecer algo que para muchos es maravilloso como el romanticismo y el respetuoso flirteo. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

En el marco del Día Internacional de la Mujer y bajo el contexto violento en el que vivimos, considero prudente el definir algunas actitudes que son parte de la dinámica social, las cuales pueden resultar contradictorias y agudizan el problema.


Mañana no pienso felicitar a mujer alguna porque la situación actual no es para celebrar; no utilizo el lenguaje inclusivo porque es una desvirtuación lingüística; y no pinto ni daño inmuebles públicos porque eso no soluciona nada, mejor he ofrecido gratuitamente mis servicios como abogado a toda fémina que se sienta en riesgo, además de ser respetuoso de las mujeres en todo sentido, con eso considero que aporto mi grano de arena al intento de solucionar los problemas.

Pues bien, vayamos al tema de nuestra editorial: la caballerosidad es un conjunto de actitudes y modales que un varón debe seguir, con base en diversos cánones, hacía los demás, especialmente para con las damas.

Esto incluye abrir la puerta, dar el asiento, pagar cuentas o prestar el abrigo, acciones todas que a muchos se nos enseñaron como normales. Ahora bien, vayamos a la problemática actual y veamos la enorme crítica que hay a lo que se denomina el patriarcado, bajo algunas concepciones feministas, en el entendido que no hay un solo feminismo. Lo que sí existe son un conjunto de teorías que se conocen como feminismos, los cuales tienen diferencias y semejanzas entre sí.

Dentro de las críticas que existen a las conductas de un macho, nos encontramos con la inconformidad que algunas manifiestan en el sentido de que son tratadas como seres inferiores, tanto en el sentido intelectual como físico, por lo cual requieren que un hombre pueda ayudarlas. Esto es válido y parte de una equidad en cuanto a la capacidad que tiene cada uno de los géneros, sin embargo, el pedir que un varón pague una cuenta o abra una puerta puede significar la aceptación de la inferioridad mencionada.

En nuestra concepción latinoamericana estamos acostumbrados a dar el asiento en el bus, pero en Europa esto no sucede y ahí no tienen la enorme cantidad de feminicidios y violencia a la mujer como la que lamentablemente hay aquí. Recuerdo una vez que iba en el metro de París, estaba en uno de los vagones junto con mi familia, cuando una dama de unos 25 años le cedió un asiento a mi septuagenario padre, quien iba notoriamente cansado después de un día de tour, situación que me pareció muy plausible.

Indudablemente la galantería y el romanticismo son elementos muy emotivos, pero que han sido realizados mayormente por los varones, limitando a las damas respecto a su derecho de flirtear por los prejuicios existentes. Este monopolio del “ligue” se podría considerar algo machista, sin embargo y con las disposiciones legales actuales, muchos hombres se tendrán que contener y no podrán manifestar sus sentimientos, claro que estamos hablando de quienes actúan bajo un total respeto, no a los vulgares acosadores. Hablando de esto, también tenemos que hacer mención de la doble moral que existe en una parte féminas, quienes llaman de diferente modo una misma acción: acoso cuando se trata de alguien pobre y/o feo; y galantería o coqueteo cuando hablamos de un tipo guapo y/o rico.

Lamentablemente en este conjunto de contradicciones nos encontramos con una situación riesgosa para la mujer, en donde lo más preocupante es la violencia y muerte para ellas, además de que también puede desaparecer algo que para muchos es maravilloso como el romanticismo y el respetuoso flirteo. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.