/ viernes 25 de marzo de 2022

La educación en la formación de capital humano

El desarrollo del país se vislumbra incierto, debido principalmente a la escalada de todo tipo de delitos, que día a día se cometen en todo el territorio nacional y, al parecer el gobierno en sus tres niveles, carece de estrategias para disuadir, investigar y sancionar, para proporcionar seguridad a la ciudadanía.

El estudio crecimiento de la productividad en México, del Banco Mundial (16 marzo 2020), destaca que, “Pese a todo su potencial, durante casi tres décadas el crecimiento de la productividad mexicana ha sido en cámara lenta”, señalando que los obstáculos que impiden que la productividad del país crezca, “se relacionan con temas institucionales, como el crimen o la corrupción, que reducen incentivos para la inversión para mejorar la organización y la gestión empresarial”.

También considera que existen “restricciones al financiamiento y al crédito, así como pocos incentivos para la innovación tecnológica, además, de excesivas regulaciones para la actividad económica que limitan el crecimiento, sobre todo de las empresas con mayor potencial y productividad y, restringen la salida del mercado de empresas ineficientes”.

Ejemplifica que “en México los bancos son pocos y no compiten suficientemente entre ellos. Además, piden muchas garantías a sus clientes, lo que dificulta el acceso a créditos, especialmente a las empresas jóvenes y más innovadoras que cuentan con activos intangibles, pero apenas tienen garantías mobiliarias. En el país, los créditos privados internos equivalen solo al 35% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras en América Latina son casi el doble”.

Señala que “Las autoridades en los tres niveles de gobierno han elevado los costos de hacer negocios. Elementos clave como logística en los puertos o un mercado laboral eficiente son mejorables. Las instituciones que deben impulsar la innovación tecnológica no coordinan entre sí, dispersando sus iniciativas. Además, no todos los territorios productivos se benefician de las ventajas de la aglomeración y de la integración con las cadenas globales de valor”.

“En México, pocas empresas medianas pueden transformarse en grandes. Las empresas mexicanas con menos de cinco trabajadores le dan sustento a casi un tercio de la masa laboral y, en Estados Unidos, contratan al cinco por ciento de los trabajadores; las compañías con más de 500 empleados absorben apenas el 25 por ciento de la masa laboral mexicana, comparado con el 50 por ciento en Estados Unidos”.

Independientemente del grave problema de inseguridad, destacan al menos tres recomendaciones que me parecen de alta prioridad en este importante estudio.

· “Enfocar los programas de garantía en las empresas más productivas y con mayor potencial de innovar, que cuentan con especiales limitaciones financieras. Y mejorar la asignación del financiamiento hacia las empresas más productivas.

· Desarrollar planes de desarrollo urbano más amplios, más allá de la vivienda, para conectar a las empresas con los hogares y promover ciudades productivas, habitables y sostenibles.

· Aumentar los incentivos para que las empresas inviertan en innovación, mejora de su gestión y organización”.

Consecuentemente, para reorientar el desarrollo del país, el sector educativo debe impulsar la investigación y el desarrollo tecnológico, no solo para la formación de capital humano, sino que, en el mediano y largo plazo, México retome el rumbo de nación competitiva y exitosa.

La educación debe apoyarse con el compromiso de servidores públicos y sociedad; de participar activamente, para impulsar el crecimiento y el desarrollo económico, pues la formación del capital humano, es uno de los factores más importantes para erradicar pobreza, corrupción y desigualdad y sin duda, para formar a las personas económicamente productivas y competentes.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com


El desarrollo del país se vislumbra incierto, debido principalmente a la escalada de todo tipo de delitos, que día a día se cometen en todo el territorio nacional y, al parecer el gobierno en sus tres niveles, carece de estrategias para disuadir, investigar y sancionar, para proporcionar seguridad a la ciudadanía.

El estudio crecimiento de la productividad en México, del Banco Mundial (16 marzo 2020), destaca que, “Pese a todo su potencial, durante casi tres décadas el crecimiento de la productividad mexicana ha sido en cámara lenta”, señalando que los obstáculos que impiden que la productividad del país crezca, “se relacionan con temas institucionales, como el crimen o la corrupción, que reducen incentivos para la inversión para mejorar la organización y la gestión empresarial”.

También considera que existen “restricciones al financiamiento y al crédito, así como pocos incentivos para la innovación tecnológica, además, de excesivas regulaciones para la actividad económica que limitan el crecimiento, sobre todo de las empresas con mayor potencial y productividad y, restringen la salida del mercado de empresas ineficientes”.

Ejemplifica que “en México los bancos son pocos y no compiten suficientemente entre ellos. Además, piden muchas garantías a sus clientes, lo que dificulta el acceso a créditos, especialmente a las empresas jóvenes y más innovadoras que cuentan con activos intangibles, pero apenas tienen garantías mobiliarias. En el país, los créditos privados internos equivalen solo al 35% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras en América Latina son casi el doble”.

Señala que “Las autoridades en los tres niveles de gobierno han elevado los costos de hacer negocios. Elementos clave como logística en los puertos o un mercado laboral eficiente son mejorables. Las instituciones que deben impulsar la innovación tecnológica no coordinan entre sí, dispersando sus iniciativas. Además, no todos los territorios productivos se benefician de las ventajas de la aglomeración y de la integración con las cadenas globales de valor”.

“En México, pocas empresas medianas pueden transformarse en grandes. Las empresas mexicanas con menos de cinco trabajadores le dan sustento a casi un tercio de la masa laboral y, en Estados Unidos, contratan al cinco por ciento de los trabajadores; las compañías con más de 500 empleados absorben apenas el 25 por ciento de la masa laboral mexicana, comparado con el 50 por ciento en Estados Unidos”.

Independientemente del grave problema de inseguridad, destacan al menos tres recomendaciones que me parecen de alta prioridad en este importante estudio.

· “Enfocar los programas de garantía en las empresas más productivas y con mayor potencial de innovar, que cuentan con especiales limitaciones financieras. Y mejorar la asignación del financiamiento hacia las empresas más productivas.

· Desarrollar planes de desarrollo urbano más amplios, más allá de la vivienda, para conectar a las empresas con los hogares y promover ciudades productivas, habitables y sostenibles.

· Aumentar los incentivos para que las empresas inviertan en innovación, mejora de su gestión y organización”.

Consecuentemente, para reorientar el desarrollo del país, el sector educativo debe impulsar la investigación y el desarrollo tecnológico, no solo para la formación de capital humano, sino que, en el mediano y largo plazo, México retome el rumbo de nación competitiva y exitosa.

La educación debe apoyarse con el compromiso de servidores públicos y sociedad; de participar activamente, para impulsar el crecimiento y el desarrollo económico, pues la formación del capital humano, es uno de los factores más importantes para erradicar pobreza, corrupción y desigualdad y sin duda, para formar a las personas económicamente productivas y competentes.

Sus comentarios jrobertofl2021@outlook.com