/ sábado 15 de febrero de 2020

La falta de amor y la violencia a la mujer

Hace unas horas se suscitaron manifestaciones en repudio de la muerte de Ingrid, al mismo tiempo que se celebró el Día del Amor y la Amistad, hechos divergentes, pero que nos pueden llevar a hacer una reflexión interesante acerca de la terrible problemática que estamos viviendo.

En primer lugar considero negativa la vandalización que se hace de edificios y espacios en aras de una protesta. Si dañar alguna construcción significara reducir la violencia y los feminicidios, bien valdría la pena quemar una ciudad, pero no es así, el problema es complejo y hay que analizarlo con mucho cuidado, lejos de sofismas y posturas extremas que nada abonan a la solución del conflicto.

Ya he hablado en otros espacios de los factores criminológicos y legales que rodean el tema, porque recordemos que son muchos los elementos alrededor, situación que torna más compleja la búsqueda de alternativas viables.

Cuando una mujer está con un hombre mucho mayor, muy probablemente lo hace por dinero, en la figura que se conoce como sugar baby y sugar daddy, esta situación pone en posición de víctima a la persona respecto a la comisión del delito, en el entendido que el culpable, al 100% de una agresión es el sujeto en cuestión, pero no podemos omitir conceptos elementales de criminología en los cuales una persona camina por algo conocido por el “iter victimae” o camino de la víctima.

Evidentemente que la falta de amor crea relaciones por conveniencia, es decir, aludiendo a un egoísmo de cualquiera de las partes, las cuales quieren satisfacer sus necesidades o deseos personales, haciendo de la otra persona un mejor objeto, situación que puede darse en ambos sujetos.

Cuando alguien “compra” amor, evidentemente ve en la pareja un objeto que puede cambiarse en cualquier momento, es más, hasta eliminarse, lo cual es sumamente desafortunado, pero muy evidente, más cuando analizamos las características comunes de un buen número de casos, repito, la culpa total la tiene el agresor.

También son muchos los casos en los que un varón humilla, insulta y denigra a la dama por una dependencia económica, situación igualmente reprochable, pero que puede ser evitada también y no esperar a una especie de “príncipe azul” resuelva la vida, esos son cuentos y, en nuestro tiempo, son cuentos que se tornan violentos.

El amor significa solidaridad, crear una fusión entre dos personas, apoyarse y no verse como un mero objeto de ornato o dador de dinero, sin embargo, el egoísmo que hay en buena parte de los ciudadanos contemporáneos, no solo de México, sino de otras naciones, hace que las relaciones se den en el marco del utilitarismo, la sexualidad hedonista, dejando de lado la ilusión, el romanticismo y, sobre todo, el respeto y la admiración mutua, factores fundamentales para exista el amor eterno, o al menos duradero. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Hace unas horas se suscitaron manifestaciones en repudio de la muerte de Ingrid, al mismo tiempo que se celebró el Día del Amor y la Amistad, hechos divergentes, pero que nos pueden llevar a hacer una reflexión interesante acerca de la terrible problemática que estamos viviendo.

En primer lugar considero negativa la vandalización que se hace de edificios y espacios en aras de una protesta. Si dañar alguna construcción significara reducir la violencia y los feminicidios, bien valdría la pena quemar una ciudad, pero no es así, el problema es complejo y hay que analizarlo con mucho cuidado, lejos de sofismas y posturas extremas que nada abonan a la solución del conflicto.

Ya he hablado en otros espacios de los factores criminológicos y legales que rodean el tema, porque recordemos que son muchos los elementos alrededor, situación que torna más compleja la búsqueda de alternativas viables.

Cuando una mujer está con un hombre mucho mayor, muy probablemente lo hace por dinero, en la figura que se conoce como sugar baby y sugar daddy, esta situación pone en posición de víctima a la persona respecto a la comisión del delito, en el entendido que el culpable, al 100% de una agresión es el sujeto en cuestión, pero no podemos omitir conceptos elementales de criminología en los cuales una persona camina por algo conocido por el “iter victimae” o camino de la víctima.

Evidentemente que la falta de amor crea relaciones por conveniencia, es decir, aludiendo a un egoísmo de cualquiera de las partes, las cuales quieren satisfacer sus necesidades o deseos personales, haciendo de la otra persona un mejor objeto, situación que puede darse en ambos sujetos.

Cuando alguien “compra” amor, evidentemente ve en la pareja un objeto que puede cambiarse en cualquier momento, es más, hasta eliminarse, lo cual es sumamente desafortunado, pero muy evidente, más cuando analizamos las características comunes de un buen número de casos, repito, la culpa total la tiene el agresor.

También son muchos los casos en los que un varón humilla, insulta y denigra a la dama por una dependencia económica, situación igualmente reprochable, pero que puede ser evitada también y no esperar a una especie de “príncipe azul” resuelva la vida, esos son cuentos y, en nuestro tiempo, son cuentos que se tornan violentos.

El amor significa solidaridad, crear una fusión entre dos personas, apoyarse y no verse como un mero objeto de ornato o dador de dinero, sin embargo, el egoísmo que hay en buena parte de los ciudadanos contemporáneos, no solo de México, sino de otras naciones, hace que las relaciones se den en el marco del utilitarismo, la sexualidad hedonista, dejando de lado la ilusión, el romanticismo y, sobre todo, el respeto y la admiración mutua, factores fundamentales para exista el amor eterno, o al menos duradero. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.