/ sábado 20 de junio de 2020

Los neopuritanos son enemigos de la libertad

Las protestas, en contra del racismo, han desembocado en diversas acciones que supuestamente contribuyen a la reducción de ese problema. Esto se suma a todas las actividades que supuestamente se orientan a evitar la discriminación y otras conductas sujetas al reproche, sin embargo, esto puede ser muy peligroso y atenta contra derechos fundamentales.

Recientemente retiraron la imagen de una mujer de raza negra de una conocida marca de harina, también se hizo el intento de quitar el nombre de generales confederados a bases militares estadounidenses, supuestamente porque representan al pasado esclavista.

En nuestro país también hemos visto acciones semejantes, como aquellos que se pronuncian en contra del consumo de productos de origen animal, las corridas de toros, el uso de lenguaje sexista y toda una series de parámetros que supuestamente persiguen un modelo bueno, ejemplar o socialmente visto.

Ya en ocasiones anteriores he mencionado el concepto de la generación de cristal, refiriéndome a gente que se ofende de todo y, lo peor, censura toda una serie de conductas propias y ajenas; presentes y pasadas, asumiéndose como una especie de deidad que da una calificación ética atemporal, o sea, un absurdo que quizá denote un problema psicológico.

El neopuritano se define como el sujeto que trata de encerrar la existencia en un modelo fijo, buscando lo que él cree es beneficio e imponiendo diversos parámetros, sin embargo, nos encontramos con una alta censura que siempre será perjudicial.

Estos sujetos no son muy distintos de los fundamentalistas islámicos, quienes crean diversos parámetros que no deben ser transgredidos y son altamente señalados. Por ejemplo, la otra vez me escribió una señora que me pidió intensamente no usar el término dama por ella lo considera sexista, situación que le causaba un gran desagrado.

Algo que también hacen los neopuritanos es tener una postura sumamente anacrónica, es decir, hacen señalamientos de conductas pasadas con base en parámetros actuales, como cuando se habla de esclavitud o machismo, lo cual es totalmente absurdo por lo siguiente: el pasado no se puede cambiar; nosotros somos el resultado de toda una serie de procesos; y no se deben borrar capítulos de la historia porque eso nos señala lo que no debe volver a pasar.

El querer crear una especie de historia inmaculada ha sido un gran error desde hace siglos, sin embargo es una práctica política muy usada para asumirse como bueno, recordemos cuando Moreno Valle restauraba diversos momentos y ponía placas donde ponía su nombre, censurando a sus antecesores.

Pondré otro ejemplo: la riqueza de los Estados Unidos se empezó a forjar con las grandes plantaciones y la institución de la esclavitud, eso no sé cómo lo piensan borrar estos sujetos con sus actitudes fascistas.

Esta autocensura puede ser una amenaza para occidente, tuvieron que pasar siglos para que la verdad, la ciencia y la filosofía pudieran surgir ante la opresión religiosa de quien supuestamente defendía un modelo de conducta que perseguía la redención, así como lo hacen hoy estos sujetos que reprochan casi todo.

Decía Octavio Paz que encerrar a la realidad en esquemas geométricos de conducta hace que la realidad cobre una dura venganza. Han costado milenios llegar a tener el grado de libertad que gozamos hoy, quizá insuficiente, pero mucho mayor que hace siglos.

Si alguien quiere ir de cacería, comer carne asada, ir a los toros, llamar la atención a una empleada que ha cometido un error, beber unas cuantas copas, solo usar sustantivos masculinos y otras tantas cosas pues es libre de hacerlo. Recordemos que cada quien puede hacer lo que quiera respetando derechos de terceros, sin caer en el absurdo de esos neopuritanos que atentan contra lo más sagrado que tiene un hombre después de la vida: la libertad. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Las protestas, en contra del racismo, han desembocado en diversas acciones que supuestamente contribuyen a la reducción de ese problema. Esto se suma a todas las actividades que supuestamente se orientan a evitar la discriminación y otras conductas sujetas al reproche, sin embargo, esto puede ser muy peligroso y atenta contra derechos fundamentales.

Recientemente retiraron la imagen de una mujer de raza negra de una conocida marca de harina, también se hizo el intento de quitar el nombre de generales confederados a bases militares estadounidenses, supuestamente porque representan al pasado esclavista.

En nuestro país también hemos visto acciones semejantes, como aquellos que se pronuncian en contra del consumo de productos de origen animal, las corridas de toros, el uso de lenguaje sexista y toda una series de parámetros que supuestamente persiguen un modelo bueno, ejemplar o socialmente visto.

Ya en ocasiones anteriores he mencionado el concepto de la generación de cristal, refiriéndome a gente que se ofende de todo y, lo peor, censura toda una serie de conductas propias y ajenas; presentes y pasadas, asumiéndose como una especie de deidad que da una calificación ética atemporal, o sea, un absurdo que quizá denote un problema psicológico.

El neopuritano se define como el sujeto que trata de encerrar la existencia en un modelo fijo, buscando lo que él cree es beneficio e imponiendo diversos parámetros, sin embargo, nos encontramos con una alta censura que siempre será perjudicial.

Estos sujetos no son muy distintos de los fundamentalistas islámicos, quienes crean diversos parámetros que no deben ser transgredidos y son altamente señalados. Por ejemplo, la otra vez me escribió una señora que me pidió intensamente no usar el término dama por ella lo considera sexista, situación que le causaba un gran desagrado.

Algo que también hacen los neopuritanos es tener una postura sumamente anacrónica, es decir, hacen señalamientos de conductas pasadas con base en parámetros actuales, como cuando se habla de esclavitud o machismo, lo cual es totalmente absurdo por lo siguiente: el pasado no se puede cambiar; nosotros somos el resultado de toda una serie de procesos; y no se deben borrar capítulos de la historia porque eso nos señala lo que no debe volver a pasar.

El querer crear una especie de historia inmaculada ha sido un gran error desde hace siglos, sin embargo es una práctica política muy usada para asumirse como bueno, recordemos cuando Moreno Valle restauraba diversos momentos y ponía placas donde ponía su nombre, censurando a sus antecesores.

Pondré otro ejemplo: la riqueza de los Estados Unidos se empezó a forjar con las grandes plantaciones y la institución de la esclavitud, eso no sé cómo lo piensan borrar estos sujetos con sus actitudes fascistas.

Esta autocensura puede ser una amenaza para occidente, tuvieron que pasar siglos para que la verdad, la ciencia y la filosofía pudieran surgir ante la opresión religiosa de quien supuestamente defendía un modelo de conducta que perseguía la redención, así como lo hacen hoy estos sujetos que reprochan casi todo.

Decía Octavio Paz que encerrar a la realidad en esquemas geométricos de conducta hace que la realidad cobre una dura venganza. Han costado milenios llegar a tener el grado de libertad que gozamos hoy, quizá insuficiente, pero mucho mayor que hace siglos.

Si alguien quiere ir de cacería, comer carne asada, ir a los toros, llamar la atención a una empleada que ha cometido un error, beber unas cuantas copas, solo usar sustantivos masculinos y otras tantas cosas pues es libre de hacerlo. Recordemos que cada quien puede hacer lo que quiera respetando derechos de terceros, sin caer en el absurdo de esos neopuritanos que atentan contra lo más sagrado que tiene un hombre después de la vida: la libertad. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.