/ sábado 18 de septiembre de 2021

¿Qué debe hacer México frente a los migrantes?

Cuando vemos las caras de hambre de quienes entran ilegalmente al país no podemos menos que conmovernos, pero también no podemos dejar de considerar que cada vez son más los mexicanos que viven en muy malas condiciones, como para que se incremente el número de personas en esas lamentables circunstancias.

La migración es un elemento fundamental del desarrollo humano; las grandes civilizaciones se conformaron de sujetos que viajaron para conseguir mejores condiciones de vida, todo en un proceso milenario que dio forma al mundo actual. Tan solo hay que recordar el origen del hombre en América, inclusive la travesía que hicieron los mexicas para encontrar el águila devorando a la serpiente y otros tantos ejemplos que nos muestra la historia.

Pese a lo anterior, hay que advertir las diferencias en la percepción de algunos países, por ejemplo, no es lo mismo, para los estadounidenses, recordar el desembarco de europeos a Nueva York durante el siglo XIX, respecto a los mexicanos que se han asentado en el sur de la Unión Americana.

Debemos señalar que la dinámica mencionada no ha sido cómoda para algunos de los sujetos que la viven, como cualquier otro proceso histórico, la perspectiva es muy diferente dependiendo de qué lado se está.

En el caso mexicano, tenemos que decir que históricamente ha existido una política medianamente restrictiva, los asentamientos de la comunidad menonita, Chipilo o de los españoles que huyeron de la guerra civil no han sido de la magnitud como para influir substancialmente en la población, recordando que menos del 1% de los que residente en territorio nacional son extranjeros, muy poco en comparación a Estados Unidos.

También hay que señalar que México había sido un país de paso, el verdadero destino es nuestro vecino del norte, sin embargo y aunque las condiciones nacionales no son las mejores, estamos mejor que Haití, algunos lugares de Centroamérica y hasta Afganistán, por lo que resulta atractivo quedarse aquí.

Agregaremos que no hay datos totalmente certeros respecto a la cantidad de personas que ingresan al país, obviamente del modo legal, así que surge una dificultad estadística para estudiar el fenómeno, lo cual complica obviamente el encontrar soluciones.

También no existe un presupuesto específico para abordar el problema, debido obviamente a que aun son relativamente pocos los migrantes, sin embargo, algunas de las opiniones señalan que en el mediano y largo plazo puede incrementarse este grupo y así ya ser una minoría importante, superando incluso a la de los afroamericanos.

Personalmente he escuchado algunas de las opiniones oficiales y hablan de una forma muy idealista, inclusive utilizando frases como “recibir a los migrantes con el corazón abierto”, lo cual obedece a motivos humanitarios, eso nadie lo pone en duda, pero pensemos los problemas que se agudizarían en nuestro país.

En primer lugar, esos migrantes son más vulnerables a la delincuencia nacional y a los abusos de quienes lucran con su movilidad, sometiéndolos a extorsiones y hasta abuso sexual.

Evidentemente causan alguna inquietud los migrantes que vemos como limosneros en los cruceros, aumentando así una mendicidad que debe ser evitada y que es muestra evidente de las diferencias sociales, las cuales precisamente son el factor que impide que funcione cualquier sistema de justicia o electoral.

Ante la absoluta necesidad que tienen este tipo de viajeros, no sería difícil que fueran reclutados por el crimen organizado; ellos, como muchos mexicanos no tienen nada qué perder y les resulta muy atractivo ganar mucho dinero rápido, aun a costa del terrible problema de seguridad pública, y hasta nacional, que trae consigo el gran empoderamiento de esos grupos de sicarios.

México ha sido muy beneficiado de las remesas de quienes cruzaron la frontera norte a escondidas, por lo que hay quien dice que debemos ser permisivos en el sur por un mero sentido de coherencia, no obstante, lo cierto es que esa apertura trae muchos problemas como los que hemos mencionado.

Estados Unidos tiene el derecho y la posibilidad de cerrar sus fronteras, intención que se ha fortalecido con las diferentes políticas migratorias, tanto de los demócratas como de los republicanos, situación que repercute directamente en nuestro país, es más que obvio que esos migrantes no querrán regresar a su país de origen.

Hay quien señala que hay que dirigir los programas sociales a esas personas, sin embargo, hemos visto que estos no han sido efectivos respecto a la movilidad social y han sido usados para fines políticos, así ha sido por décadas y no creo que cambie eso ahora.

El panorama es complicado y es muy difícil tomar una decisión gubernamental, porque estamos hablando de personas, seres humanos con dignidad, que necesitan comida y servicios básicos; pero por otro lado, tenemos toda una serie de problemas estructurales que se agudizarían de alguna manera con la entrada de miles de personas en condiciones de pobreza. Amigo lector, tú tienes la mejor opinión. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.


Cuando vemos las caras de hambre de quienes entran ilegalmente al país no podemos menos que conmovernos, pero también no podemos dejar de considerar que cada vez son más los mexicanos que viven en muy malas condiciones, como para que se incremente el número de personas en esas lamentables circunstancias.

La migración es un elemento fundamental del desarrollo humano; las grandes civilizaciones se conformaron de sujetos que viajaron para conseguir mejores condiciones de vida, todo en un proceso milenario que dio forma al mundo actual. Tan solo hay que recordar el origen del hombre en América, inclusive la travesía que hicieron los mexicas para encontrar el águila devorando a la serpiente y otros tantos ejemplos que nos muestra la historia.

Pese a lo anterior, hay que advertir las diferencias en la percepción de algunos países, por ejemplo, no es lo mismo, para los estadounidenses, recordar el desembarco de europeos a Nueva York durante el siglo XIX, respecto a los mexicanos que se han asentado en el sur de la Unión Americana.

Debemos señalar que la dinámica mencionada no ha sido cómoda para algunos de los sujetos que la viven, como cualquier otro proceso histórico, la perspectiva es muy diferente dependiendo de qué lado se está.

En el caso mexicano, tenemos que decir que históricamente ha existido una política medianamente restrictiva, los asentamientos de la comunidad menonita, Chipilo o de los españoles que huyeron de la guerra civil no han sido de la magnitud como para influir substancialmente en la población, recordando que menos del 1% de los que residente en territorio nacional son extranjeros, muy poco en comparación a Estados Unidos.

También hay que señalar que México había sido un país de paso, el verdadero destino es nuestro vecino del norte, sin embargo y aunque las condiciones nacionales no son las mejores, estamos mejor que Haití, algunos lugares de Centroamérica y hasta Afganistán, por lo que resulta atractivo quedarse aquí.

Agregaremos que no hay datos totalmente certeros respecto a la cantidad de personas que ingresan al país, obviamente del modo legal, así que surge una dificultad estadística para estudiar el fenómeno, lo cual complica obviamente el encontrar soluciones.

También no existe un presupuesto específico para abordar el problema, debido obviamente a que aun son relativamente pocos los migrantes, sin embargo, algunas de las opiniones señalan que en el mediano y largo plazo puede incrementarse este grupo y así ya ser una minoría importante, superando incluso a la de los afroamericanos.

Personalmente he escuchado algunas de las opiniones oficiales y hablan de una forma muy idealista, inclusive utilizando frases como “recibir a los migrantes con el corazón abierto”, lo cual obedece a motivos humanitarios, eso nadie lo pone en duda, pero pensemos los problemas que se agudizarían en nuestro país.

En primer lugar, esos migrantes son más vulnerables a la delincuencia nacional y a los abusos de quienes lucran con su movilidad, sometiéndolos a extorsiones y hasta abuso sexual.

Evidentemente causan alguna inquietud los migrantes que vemos como limosneros en los cruceros, aumentando así una mendicidad que debe ser evitada y que es muestra evidente de las diferencias sociales, las cuales precisamente son el factor que impide que funcione cualquier sistema de justicia o electoral.

Ante la absoluta necesidad que tienen este tipo de viajeros, no sería difícil que fueran reclutados por el crimen organizado; ellos, como muchos mexicanos no tienen nada qué perder y les resulta muy atractivo ganar mucho dinero rápido, aun a costa del terrible problema de seguridad pública, y hasta nacional, que trae consigo el gran empoderamiento de esos grupos de sicarios.

México ha sido muy beneficiado de las remesas de quienes cruzaron la frontera norte a escondidas, por lo que hay quien dice que debemos ser permisivos en el sur por un mero sentido de coherencia, no obstante, lo cierto es que esa apertura trae muchos problemas como los que hemos mencionado.

Estados Unidos tiene el derecho y la posibilidad de cerrar sus fronteras, intención que se ha fortalecido con las diferentes políticas migratorias, tanto de los demócratas como de los republicanos, situación que repercute directamente en nuestro país, es más que obvio que esos migrantes no querrán regresar a su país de origen.

Hay quien señala que hay que dirigir los programas sociales a esas personas, sin embargo, hemos visto que estos no han sido efectivos respecto a la movilidad social y han sido usados para fines políticos, así ha sido por décadas y no creo que cambie eso ahora.

El panorama es complicado y es muy difícil tomar una decisión gubernamental, porque estamos hablando de personas, seres humanos con dignidad, que necesitan comida y servicios básicos; pero por otro lado, tenemos toda una serie de problemas estructurales que se agudizarían de alguna manera con la entrada de miles de personas en condiciones de pobreza. Amigo lector, tú tienes la mejor opinión. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.