Desde la última elección extraordinaria de 2019, el triunfo de Luis Miguel Barbosa Huerta como gobernador de Puebla dejó un mal sabor de boca entre los morenistas, pues los datos del INE fueron contundentes y reflejaron que en la capital fue el PAN el que se impuso en las urnas.
A más de un año de distancia las cosas no han cambiado mucho.
O por lo menos eso dice las más reciente encuesta de Massive Caller en cuanto a diputaciones federales, que también estarán en juego este año.
Y es que dicho estudio revela que Morena tiene preferencia electoral en 10 de los 15 distritos federales, cuando en la elección de 2018 el partido de Andrés Manuel López Obrador ganó 14 ¡Casi el carro completo!
Aquí lo que llama la atención no es que Morena y sus partidos aliados pierdan cinco distritos, sino cuáles perdieron.
Se trata de los distritos 6, 9, 11 y 12, todos de la capital poblana; así como el distrito 5 con cabecera en San Martín Texmelucan.
Un dato curioso es que de estos cinco distritos, solo dos diputados federales se han mantenido en el cargo de manera ininterrumpida desde que rindieron protesta: Alejandro Carvajal y Saúl Huerta, en el 6 y 11, respectivamente.
El resto solo llegaron y se fueron.
El distrito 9 lo ganó Guillermo Aréchiga Santamaría, quién dejó su curul el año pasado para convertirse en secretario de Movilidad y Transporte en el gobierno de Miguel Barbosa.
En el distrito 5 Lizeth Sánchez García hizo lo mismo y dejó San Lázaro para ser secretaria de Bienestar en el gobierno estatal.
Pero el que menos duró en el cargo fue Fernando Manzanilla Prieto en el distrito 12, pues desde el gobierno interino lo dejó para asumir la titularidad de la Secretaría de Gobernación.
A diferencia de los demás, Manzanilla regresó a su curul tras dejar el gabinete de Barbosa, dónde salió en medio de un conflicto que hoy ya es rivalidad cantada con el gobernador.
Habrá que ver si está tendencia se repite en la capital o los distritos locales.
Mientras tanto, ahí queda la fotografía del momento.
QUE LOS PRIISTAS NO SE ENGAÑEN
Los que no se deben engañar son los priistas poblanos, después de que el PRI dió la campanada en los congresos locales de Hidalgo y Coahuila, en este último, llevándose el carro completo.
Si hay algún aspirante del PRI que piense que esta historia se puede repetir en Puebla, díganle que ya se puede ir despertando.
Y es que no hay que dejar pasar que en ambos estados los gobernadores Omar Fayad y Miguel Ángel Riquelme son de extracción priista, y por lo tanto, los más interesados en hacerse del control de sus respectivos congresos.
Aquí no veo a Barbosa permitiendo al PRI hacerse del control del Poder Legislativo, pero si cediendo algunos espacios si prometen portarse bien para los últimos tres años de su gobierno.
Así como hasta ahora, con la excepción de Rocío García Olmedo, que al igual que su informe legislativo, se cuece aparte.
Ya lo dije aquí hace unas semanas, el PRI no es oposición en Puebla y juega más cerca de Morena de lo que quisiera su dirigencia nacional.
Hasta la próxima.
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