/ sábado 8 de junio de 2019

Le falta valentía a los jóvenes y el Día D

Cuando vemos en las noticias que un estudiante se ha suicidado, por no soportar un rompimiento amoroso, quizá nos podemos llegar a sorprender por ello; pero si hacemos un comparativo con los veinteañeros que perdieron la vida, en el desembarco a Normandía, no podemos dejar de hacer una comparación que puede resultar incómoda, pero es real.


El pasado 6 de junio hubo diversas celebraciones en torno al llamado Día D, fecha en la que las tropas aliadas lograron entrar a la Francia ocupada, dando así inicio al fin de la Segunda Guerra Mundial en el frente occidental.

Para los mexicanos estos temas no son de mucho interés, es más, nuestros niveles educativos son tan malos que no hay un conocimiento firme acerca de los hechos que definieron a nuestro país, por lo que algo sucedido en Europa hace décadas resulta muy alejado.

Pese a esto, es necesario recordar que el mejor periodo de bonanza, en nuestra nación y llamado “milagro mexicano”, se debió en buena medida al impulso económico que se dio debido a la economía de guerra ejercida por nuestros vecinos del norte. Es decir, la confrontación contra los nazis dio un gran beneficio a nuestras finanzas, así que no debemos ser ajenos a esos hechos.

Ahora bien, en alusión al día mencionado quisiera hacer un comparativo: en ese entonces hubo muchos jóvenes que fueron llamados a combatir, pero también muchos acudieron voluntariamente a luchar contra los países del Eje. Especialmente en el desembarco mencionado, las probabilidades de sobrevivir eran muy pocas, sin embargo, esos casi adolescentes participaron en la operación anfibia, demostrando una gran valentía.

Por otro lado, tenemos a algunos jóvenes hoy, tanto en México como en otros países, quienes no soportan adversidades, se privan de la vida ante algún tropiezo y tienen que recurrir a ayuda psicológica muy frecuentemente. Esto nos da como resultado una disparidad total.

Ahora bien, no quiero resultar anacrónico, ya que obviamente cada etapa de la historia tiene sus características y circunstancias, no obstante, no puedo dejar de evidenciar la falta de resistencia que conlleva a diversos problemas, como la victimización, la depresión y la baja autoestima, es decir, algunos jóvenes se sienten afectados por diversas causas y empiezan a autocompadecerse, situación que provoca una acumulación de sentimientos negativos que pueden llegar a explotar, ya sea mediante un suicidio, o con un odio total a quienes no piensan como ellos. Como es el caso de los pseudo animalistas, quienes podrían asesinar a cualquiera que le diera una pedrada a un perro callejero.

Una persona acumula fortaleza cuando ha pasado diversas adversidades, como haber ido a la guerra o haber sufrido carencias. El gran problema de hoy es que se quiere proteger excesivamente a los jóvenes, dando lugar a la irresponsabilidad y la falta de tolerancia a la frustración. Evidentemente no queremos que los veinteañeros vayan a combatir como terapia, pero ellos deberían apreciar el sacrificio de otras generaciones, para así valorar más la propia existencia y la paz, para así alejarse de las prácticas nocivas de victimizarse y publicar en sus redes sus estados depresivos. En fin, hay que apreciar la valentía de quienes participaron en el Día D, en ambos bandos, ya que fueron personas que arriesgaron o perdieron la vida por su nación, situación que siempre será digna de reconocimiento y es un ejemplo para las generaciones actuales, respecto a lo que verdaderamente es importante conservar: la vida y el ánimo por vivirla. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Cuando vemos en las noticias que un estudiante se ha suicidado, por no soportar un rompimiento amoroso, quizá nos podemos llegar a sorprender por ello; pero si hacemos un comparativo con los veinteañeros que perdieron la vida, en el desembarco a Normandía, no podemos dejar de hacer una comparación que puede resultar incómoda, pero es real.


El pasado 6 de junio hubo diversas celebraciones en torno al llamado Día D, fecha en la que las tropas aliadas lograron entrar a la Francia ocupada, dando así inicio al fin de la Segunda Guerra Mundial en el frente occidental.

Para los mexicanos estos temas no son de mucho interés, es más, nuestros niveles educativos son tan malos que no hay un conocimiento firme acerca de los hechos que definieron a nuestro país, por lo que algo sucedido en Europa hace décadas resulta muy alejado.

Pese a esto, es necesario recordar que el mejor periodo de bonanza, en nuestra nación y llamado “milagro mexicano”, se debió en buena medida al impulso económico que se dio debido a la economía de guerra ejercida por nuestros vecinos del norte. Es decir, la confrontación contra los nazis dio un gran beneficio a nuestras finanzas, así que no debemos ser ajenos a esos hechos.

Ahora bien, en alusión al día mencionado quisiera hacer un comparativo: en ese entonces hubo muchos jóvenes que fueron llamados a combatir, pero también muchos acudieron voluntariamente a luchar contra los países del Eje. Especialmente en el desembarco mencionado, las probabilidades de sobrevivir eran muy pocas, sin embargo, esos casi adolescentes participaron en la operación anfibia, demostrando una gran valentía.

Por otro lado, tenemos a algunos jóvenes hoy, tanto en México como en otros países, quienes no soportan adversidades, se privan de la vida ante algún tropiezo y tienen que recurrir a ayuda psicológica muy frecuentemente. Esto nos da como resultado una disparidad total.

Ahora bien, no quiero resultar anacrónico, ya que obviamente cada etapa de la historia tiene sus características y circunstancias, no obstante, no puedo dejar de evidenciar la falta de resistencia que conlleva a diversos problemas, como la victimización, la depresión y la baja autoestima, es decir, algunos jóvenes se sienten afectados por diversas causas y empiezan a autocompadecerse, situación que provoca una acumulación de sentimientos negativos que pueden llegar a explotar, ya sea mediante un suicidio, o con un odio total a quienes no piensan como ellos. Como es el caso de los pseudo animalistas, quienes podrían asesinar a cualquiera que le diera una pedrada a un perro callejero.

Una persona acumula fortaleza cuando ha pasado diversas adversidades, como haber ido a la guerra o haber sufrido carencias. El gran problema de hoy es que se quiere proteger excesivamente a los jóvenes, dando lugar a la irresponsabilidad y la falta de tolerancia a la frustración. Evidentemente no queremos que los veinteañeros vayan a combatir como terapia, pero ellos deberían apreciar el sacrificio de otras generaciones, para así valorar más la propia existencia y la paz, para así alejarse de las prácticas nocivas de victimizarse y publicar en sus redes sus estados depresivos. En fin, hay que apreciar la valentía de quienes participaron en el Día D, en ambos bandos, ya que fueron personas que arriesgaron o perdieron la vida por su nación, situación que siempre será digna de reconocimiento y es un ejemplo para las generaciones actuales, respecto a lo que verdaderamente es importante conservar: la vida y el ánimo por vivirla. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.