El día de mañana se realizará un gran desfile en París, un ambiente de fiesta inundará a la nación gala, en recuerdo del día de la Toma de la Bastilla y el inicio de una lucha que tuvo repercusiones en todo el mundo occidental, situación que delineó muchas de las libertades de las que hoy gozamos, aunque nuestro país no se encuentre en su mejor momento.
En primer lugar, recordemos que ese estallido social fue una de las motivaciones para el movimiento de independencia iniciado el 16 de septiembre de 1810, al igual que la emancipación de las 13 colonias de Reino Unido, lo que hoy es Estados Unidos.
Recordemos que después de esa Revolución se constituyó un imperio que invadió España, dando oportunidad a que hubiera una mayor oportunidad de derrotar a una potencia, que si bien ya estaba en decadencia, aun poseía grandes territorios alrededor del mundo entero.
La constitución de un estado, mediante la instauración de una representación popular es de los más grandes aportes, recordemos que en ese entonces los monarcas eran prácticamente dueños de vidas y almas, mientras que la mayor parte de la población vivía sometida por motivos legales, morales y religiosos.
Es más, al inicio de nuestra vida independiente se conservó el estilo de gobierno monárquico, sin embargo, la división de poderes fue el modelo que se siguió a partir de 1824, el cual fue parte de las ideas surgidas en esa lucha armada.
Recordemos lo que era el Derecho Divino de los Reyes, el cual se fundaba en que un monarca tenía ese poder debido a que Dios así lo quería, lo cual puede sonar ridículo hoy día, sin embargo, en ese entonces era el fundamento prístino que provocaba la sumisión de un pueblo sumido en la ignorancia, la pobreza y la superstición.
Paradójicamente ahora tenemos mucha información al alcance de prácticamente todos, no obstante, tenemos una población con serios problemas educativos y una especie de alienación a cosas sin fundamento, o que abusan de los fieles, como es el caso de las supuestas actuaciones de algunos miembros de Luz del Mundo, contrarias a derecho y que vulneran la más elemental dignidad humana. Aunque esto corresponde al mal momento intelectual en que vivimos, recordando que la historia es de ciclos, en los cuales hay momentos que son muy semejantes, aunque haya siglos de diferencia. Hoy lamentablemente vivimos en un caos y una intolerancia muy nociva, sin embargo, esperamos que pueda surgir una especie de una Ilustración contemporánea, movimiento cultural que se refuerza indudablemente con la Revolución Francesa.
Esta lucha, fue una muestra más de la actitud crítica que tiene buena parte de los franceses, de la cual han surgido distintos derechos que se han copiado a otros países, dando lugar a diversos beneficios que hay al interior y exterior del país hexagonal.
Francia puede considerarse la luz del mundo, pero ese brillo surgió, en parte, de algo violento y destructivo, como cualquier otra revuelta, con el beneficio de que los frutos son evidentes para la parte occidental del planeta, no como ha sucedido con otras revoluciones, como fue el caso mexicano, en donde la lucha iniciada por Francisco Madero trajo la obvia muerte y destrucción, pero sin que se lograran eliminar las estructuras oligárquicas que tanto se criticaron y critican en nuestro México, además del millón de muertos, la destrucción de las estructuras productivas y un endeudamiento que al día de hoy persiste.
El desfile a realizarse en los Campos Elíseos no debe verse solamente como una fiesta extranjera, es una celebración de todo el mundo occidental que ha adoptado, en mayor o menor medida, los principios de libertad, igualdad y fraternidad como parte de su vida institucional. Las leyes, la arquitectura, la moda, entre otras cosas, son muy patentes en nuestro país y surgen del país galo, así que mandamos una gran felicitación a los franceses por su fiesta nacional y por lo que significan para la humanidad.
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